A mí James Cameron me gusta. Me parece un director valiente, con las ideas muy claras y con ganas de romper las reglas cada vez que puede. Y la saga de Avatar es la demostración de que, con dinero y talento, se pueden hacer cosas que se creían imposibles.
Y como buen creador, a James Cameron siempre le ha gustado que sus obras trasciendan el medio, probando en todos los lugares posibles. Porque una buena historia se puede contar a través de muchos formatos.
Y Avatar: Frontiers of Pandora es precisamente eso. Contar nuevas historias de Pandora a través de un medio que no es el suyo original. Obviamente, aquí tenemos que agradecer que Ubisoft, el gran desarrollador de videojuegos francés, recogiese el guante. Nunca es fácil adaptar epopeyas de este calado.
La historia de Avatar: Frontiers of Pandora, lo más potente
Ambientado en la nunca antes vista frontera occidental de Pandora, juegas como un niño de dos mundos, nacido Na’vi pero criado por la RDA. Quince años después, eres libre, pero te encuentras como un extraño en tu lugar de nacimiento. Reencuéntrate con tu herencia perdida, descubre lo que realmente significa ser Na’vi y únete a otros clanes para proteger Pandora de la RDA.
Ambientado después de los acontecimientos de la primera película de Avatar, te embarcarás en un viaje a través de la Frontera Oeste, un continente de Pandora nunca antes visto, mientras te unes a otros clanes Na’vi para proteger Pandora de las formidables fuerzas de la RDA.
Lo que sigue es, en gran medida, la típica aventura de mundo abierto de recolección de recursos, captura de asentamientos y diversos grados de recados para tus parientes Na’vi.
Pero su mensaje ecologista, que Ubisoft Massive integra en los sistemas del juego, le da un toque especial. Grandes extensiones del entorno de Pandora han sido contaminadas por instalaciones industriales humanas, desde pequeñas plataformas de perforación hasta extensas refinerías de petróleo.
Gran parte del juego gira en torno al sabotaje de estas instalaciones, utilizando una mezcla de sigilo y combate para eludir a las tropas de la guarnición militar.
Un gameplay que puede no convencer a todo el mundo
Para adaptar los mundos de James Cameron al videojuego, Ubisoft Massive sigue con sensatez los contornos entre Avatar y Far Cry, llegando a un videojuego perfectamente capaz de volar por entornos impresionantes y luchar contra el azote industrial de los colonos humanos de Avatar.
Sin embargo, aunque Frontiers of Pandora es entretenido, no hace mucho por hacer avanzar ni a Avatar ni al formato de mundo abierto.
El sigilo es sencillo pero eficaz, y te anima a elevarte. Podría pensarse que es fácil ver a un alienígena azul de dos metros encaramado a una unidad de destilación, pero los cascos de la RDA limitan la capacidad de sus tropas para mirar hacia arriba.
En el combate, mientras tanto, se utiliza una mezcla de arcos y armas de fuego humanas para derribar soldados, robots y aviones enemigos. Como en las películas, los combates son incruentos pero muy físicos. Las extremidades más largas y las armas más grandes de tus Na’vi te permiten golpear a esos malvados y pequeños humanos con facilidad.
Un mensaje ecologista potente y necesario
Cuando una instalación humana queda inutilizada, un recurso muy habitual en el juego, el entorno se transforma. La flora marrón muerta vuelve a la vida iridiscente y los animales repoblan la zona.
Este cambio no solo tiene un aspecto espléndido, sino que también te permite aprovechar el paisaje rejuvenecido, arrancando fruta y huevos de animales de las copas de los árboles para cocinar comidas que potencien tus habilidades, y recogiendo recursos como madera y pieles de animales para fabricar nuevas armas y equipamiento.
Nada de esto es especialmente radical, pero lo interesante es cómo Frontiers of Pandora enfatiza el ritual físico y espiritual de coger lo que necesitas del bosque. Debes recolectar recursos en el momento adecuado y de la forma correcta para recibir materiales de la mejor calidad, mientras que los animales deben matarse limpiamente para no estropear sus pieles y su carne.
La forma en que el juego refuerza el ser uno con la naturaleza a través de sus interacciones es convincente. Incluso atravesar el bosque correctamente puede ayudarte a correr más rápido y saltar más alto, lo que da lugar a un emocionante juego de plataformas en primera persona. Eso sí, como dicen los compañeros de The Guardian, los Na’vi no están demasiado bien escritos, todos hablan como tu abuelo melancólico, incapaz de pasar cinco minutos sin impartir sabiduría.
Conclusiones finales: ¿merece la pena el nuevo juego de Ubisoft?
Aunque el combate y el sigilo son divertidos, las posibilidades que crea el juego es menor que el visto en la saga Far Cry. Tus habilidades de combate son menos y más sencillas, mientras que el sigilo carece de las alegrías enrevesadas de la serie de Ubisoft Montreal.
Visualmente, Frontiers of Pandora es a menudo impresionante, sobre todo los excepcionales entornos selváticos. Pero al juego le cuesta mantener esa calidad a distancia, lo que es un problema en las zonas más escasas, accidentadas y rocosas.
No obstante, es un juego de Avatar bien hecho. Si te gustan las películas de James Cameron, disfrutarás de lo lindo, e incluso los apóstatas de Avatar encontrarán algo que disfrutar entre la densa maleza de Pandora.
