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¿Acabamos de encontrar un continente desaparecido hace 155 millones de años? Eso parece

De nombre Argoland, Tolkien le habría dado el visto bueno

¿Acabamos de encontrar un continente desaparecido hace 155 millones de años? Eso parece
Chema Carvajal Sarabia

Chema Carvajal Sarabia

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Pocas cosas nos despiertan más la curiosidad que encontrar vestigios de nuestro pasado. Un primo primate, un ciudad enterrada… o un continente perdido bajo el mar. Y no, no hablamos de Atlantis.

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La separación de Australia y el continente perdido de Argolandia hace 155 millones de años fue un gran acontecimiento. De hecho, fue tan dramática que los investigadores han tardado hasta ahora en localizar Argolandia, que formó parte del antiguo supercontinente Gondwana.

Aunque muchas otras masas de tierra vinculadas a Gondwana habían resultado más fáciles de localizar, ésta parecía haber desaparecido.

Cómo se descubrió Argolandia

Para encontrarla, los investigadores de la Universidad de Utrecht utilizaron información geológica de una profunda cuenca oceánica frente a Australia occidental (la llanura abisal de Argo) para descubrir pistas sobre lo que pudo ocurrirle a este trozo de continente de 4.000 km de largo después de separarse de Australia y quedar a la deriva. Tenía que haber ido a alguna parte.

Según el estudio publicado, el equipo cree haber localizado Argolandia en el sudeste asiático. El continente perdido parece estar completamente fragmentado, pero sigue existiendo.

Es una buena noticia, además, ya que el equipo se estaba quedando sin teorías. “De lo contrario”, escribieron los autores en un comunicado, “nos habríamos enfrentado a un gran problema científico”.

Gondwana tiene el potencial de convertirse en toda una zona de descubrimientos científicos. Según las principales teorías, este antiguo megacontinente fue lo bastante grande como para albergar Sudamérica, África, India, la Antártida y Australia. Al fragmentarse, los continentes se desplazaron y otras partes -como la recientemente cartografiada Zealandia, denominada el octavo continente del mundo- se separaron en el proceso.

Aunque muchas masas de tierra siguen flotando por encima de la superficie del océano, otras cayeron bajo las olas, ya fuera parcialmente, como en el caso de Zealandia, o totalmente, como en el caso de la Gran Adria. Y las que se sumergieron en el manto terrestre, como la Gran Adria, se plegaron en él para formar montañas.

Argolandia no se encontraba ni por encima ni por debajo del océano. “Si los continentes pueden sumergirse en el manto y desaparecer por completo, sin dejar rastro geológico en la superficie terrestre, entonces no tendríamos mucha idea de cómo podría haber sido la Tierra en el pasado geológico”, afirma Douwe van Hinsbergen, coautor del estudio. “Sería casi imposible crear reconstrucciones fiables de los antiguos supercontinentes y de la geografía de la Tierra en épocas pasadas”.

Pero van Hinsbergen y su colega Eldert Advokaat no renunciaron a la búsqueda de Argolandia; al fin y al cabo, sabían que existía, gracias a la cuenca oculta en las profundidades del oeste de Australia. “La estructura del fondo marino muestra que este continente debió de desplazarse hacia el noroeste”, escribieron los investigadores, “y debió de acabar donde hoy se encuentran las islas del sudeste asiático”.

Aun así, con tantas islas, Advokaat dijo que el equipo estaba teniendo problemas para encajar el rompecabezas. “La situación en el Sudeste Asiático es muy diferente a la de lugares como África y Sudamérica, donde un continente se partió en dos”, explica. “Argolandia se astilló en muchos fragmentos diferentes. Eso obstruyó nuestra visión del viaje del continente”.

Así que volvieron sobre los pasos de Argolandia: millones de años de fisuras y rupturas, con los océanos ayudando continuamente a separar la tierra.

Al final, el equipo se dio cuenta de que el redescubrimiento de Argolandia no iba a consistir en reconstruir una masa de tierra gigante, porque probablemente Argolandia nunca fue una masa de tierra.

En su lugar, es probable que fuera originalmente un “argopiélago” de fragmentos microcontinentales separados por antiguas cuencas oceánicas.

Se asemejaría más a la Gran Adria o Zealandia que a una India perfectamente formada, con la que limitó en su día como parte de Gondwana.

Y cuando Argolandia empezó a separarse de Australia y a desplazarse hacia el norte, la separación se hizo aún más complicada. La ya dispersa tierra parece haberse fragmentado en finas astillas que ahora descansan cerca de los sistemas geológicos del Himalaya y Filipinas.

“Argolandia está oculta”, dicen los autores, “bajo las verdes selvas de grandes zonas de Indonesia y Myanmar”. Parece que ahí es adonde va a parar un continente en medio de rupturas desordenadas.

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Chema Carvajal Sarabia

Chema Carvajal Sarabia

Periodista especializado en tecnología, entretenimiento y videojuegos. Escribir sobre lo que me apasiona (cacharros, juegos y cine) me permite seguir cuerdo y despertarme con una sonrisa cuando suena el despertador. PD: esto no es cierto el 100 % de las veces.

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