Parece que la tensión generada por el anuncio de Unity respecto a su política de precios no deja de traer cola. Tras unos días particularmente tensos parece que finalmente ha acabado por llegar a su punto máximo cuando el día 14 de septiembre las oficinas de la compañía (por ahora) favorita de los desarrolladores indie ha permanecido cerrada a causa de una “creíble” amenaza de muerte. De hecho, el CEO de la compañía, John Riccitiello, tuvo que cancelar un importante compromiso con varios empleados a causa de esto. Sin embargo, y a pesar de la seriedad con la que se ha tomado la amenaza, todavía no se conoce su fuente.
Un cambio extremadamente polémico
Esta amenaza llega en un contexto extremadamente tenso después de que Unity anunciase de forma oficial su cambio de política de precios a la hora de utilizar su motor gráfico en general y su herramienta Unity Runtime App en particular. Esta nueva política comenzaría a aplicarse a partir del 1 de enero de 2024 y cargaría a los desarrolladores una tasa por descarga a partir de un determinado número de instalaciones, lo que potencialmente podría poner en riesgo a la industria indie y acabar con algunos modelos sustentados en freemium o gratuitas con anuncios.
Como era de esperar, los desarrolladores de juegos en Unity no se lo han tomado nada bien y las reacciones han sido no solo muy negativas, sino también bastante viscerales. Muchos desarrolladores temen no poder desarrollar sus proyectos, otros tantos han optado por comenzar a estudiar otros motores gráficos y lenguajes y un no escaso grupo ha optado por migrar los juegos sus motores gráficos a otros con unas condiciones más favorables o se han plantado y optado por no trabajar más en Unity.
Un caso muy particular ha sido el de los desarrolladores de Cult of the lamb, uno de los indies más populares de los últimos años, que ya han anunciado que si Unity continúa con sus pretensiones cualquier juego que tengan a la venta en ese motor desaparecerá. Esto incluye, como era de esperar, a Cult of the lamb.
