Hoy en día nuestra necesidad de uso de la conexión a internet se ha incrementado de manera exponencial. La calidad y la velocidad de nuestra conexión Wi-Fi se han convertido en un pilar fundamental de nuestro día a día, tanto para trabajar desde casa como para la consulta de información o el entretenimiento.
Más velocidad, más estabilidad y más cobertura
Por ello, ya hablemos de nuestro iPhone, iPad o del Mac, mejorar la conexión en términos de cobertura, velocidad y estabilidad, es un tema recurrente. Veamos, de entre las muchas recomendaciones que circulan por la red, aquellas con las que sí notaremos una mejora. Empecemos con las recomendaciones relativas a la red en sí:
- Mejorar la ubicación del router: es el consejo más básico, pero también uno de los más efectivos. El router, al ser la fuente de la señal Wi-Fi, debe estar en un lugar estratégico. Evitemos esquinas o lugares bajos. Busquemos un punto central y elevado en el espacio para que la señal se distribuya de manera uniforme.
- Evitar las interferencias: sí, el microondas de la cocina o la nevera pueden estar afectando nuestra conexión Wi-Fi. Los dispositivos electrónicos y todavía más especialmente los objetos metálicos de cierto tamaño pueden actuar como barreras y causar interferencias en la propagación de la señal. La recomendación es simple: mantengamos el router alejado de estos aparatos y no coloquemos nuestros dispositivos detrás de ellos al intentar conectarnos.
- Optimización de los canales: el estándar Wi-Fi opera en diferentes canales y, a menudo, nos encontramos con que varios dispositivos pueden estar operando en el mismo. Más de una vez habremos visto en nuestro iPhone, iPad o Mac una larga lista de redes disponibles. Mientras esperamos por el Wi-Fi 7, todas ellas compiten por los mejores canales, por lo que lo mejor es configurar el router para que use el mejor canal automáticamente.
- Priorizar ciertos dispositivos con QoS: el Quality of Service (QoS) es una herramienta que muchos routers tienen y que nos permite asignar prioridad a ciertos dispositivos. Por ejemplo, si estamos en una videoconferencia importante en el Mac, podemos asegurarnos de que tenga la mayor parte del ancho de banda mientras el televisor pasa a un segundo plano.
- Ampliar la señal con repetidores: demasiadas veces un solo router no es suficiente. Si hablamos de un espacio grande o con múltiples pisos, un repetidor puede ser nuestro mejor aliado. Estos dispositivos captan la señal del router a través de una conexión por cable y la amplifican, llevando el Wi-Fi a esos rincones donde antes no llegaba.
A partir de aquí, entramos en recomendaciones específicas para nuestros dispositivos. Lo que podemos hacer desde nuestro iPhone —donde también podemos hacer que el Wi-Fi sea más privado—, iPad o Mac.
- Mantener actualizados nuestros dispositivos: pues Apple lanza continuamente actualizaciones que pueden mejorar el funcionamiento del dispositivo en sí así como solucionar errores. No todas las actualizaciones girarán en torno al Wi-Fi, pero es muy posible que más de una.
- Reiniciar el dispositivo: a veces parece que no hay manera de que la conexión sea estable. En esos casos, un simple reinicio puede ser la mejor idea.
- Desactivar y reactivar el Wi-Fi: muy en la línea del paso anterior, muchas veces una simple desconexión hace que, al volver a conectar, se coja mejor la red. Especialmente si tenemos una red de 5GHz con el mismo nombre y hemos cambiado de ubicación respecto al router.
- Olvidar y reconectar a la red: En Ajustes > Wi-Fi, podemos seleccionar la red y optar por Olvidar esta red. Luego, podemos conectarnos de nuevo escribiendo la contraseña y comprobando que la señal debería funcionar mejor.
Con todos estos recursos a nuestra disposición, la conectividad de nuestro iPhone, iPad y Mac debería mejorar sustancialmente. Ya sabemos que una buena conexión es la base para muchas de nuestras actividades diarias, por lo que dedicarle tiempo a optimizarla siempre será una inversión interesante. Unos pasos para tener mejor cobertura y más velocidad en nuestro Wi-Fi.
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