Warner Bros, en el campo del videojuego ha tenido un último año bastante agridulce. Aunque ha tenido algunos grandes éxitos, también ha tenido una serie de sonoros fracasos. Eso ha llevado que la compañía se piense dos veces lo que harán con sus desarrollos a partir de ahora. Aunque los planes que tienen, y los resultados que han tenido hasta ahora, no parecen encajar en absoluto.
En una conferencia organizada por Morgan Stanley, el CEO de streaming y videojuegos de Warner Bros, JB Perrette, ha hablado sobre el futuro de la división de videojuegos de la compañía. Afirmando que el mercado de los AAA de consolas es muy volátil, dice que a partir de ahora centrarán sus esfuerzos en crear juegos como servicio, juegos para dispositivos móviles y juegos free-to-play de franquicias ya conocidas. Buscando crear juegos que generen dinero a largo plazo a través de una monetización agresiva.
Lo interesante es que, para señalar esa volatilidad del mercado de los AAA de consolas, elige un ejemplo propio. Señala el rendimiento de Suicide Squad: Kill the Justice League como ejemplo de ello, que ha funcionado muy por debajo de las expectativas de Warner Bros. Ignorando por otra parte que es, de hecho, un juego como servicio.
Por otra parte, no es lo único que ignora Perrette. El éxito más reciente y monumental de Warner Bros ha sido Hogwarts Legacy, el cual ha vendido más de 22 millones copias, y que no se circunscribe en ninguno de los tres tipos de juegos que quieren centrarse en el futuro. Salvo porque también lo ha tenido en cuenta. Su problema con Hogwarts Legacy es que se acaba de una sentada. No genera dinero más allá de la venta inicial. Afirmando que sería interesante hacer un juego como servicio alrededor de Hogwarts Legacy «donde la gente pueda trabajar y construir y jugar en ese mundo de forma continua».
Si bien Perrette afirma que no espera ver la inversión actual en videojuegos en algún punto entre 2025 y 2027, parece que los planes de la compañía está más cerca del modelo de Suicide Squad que el de Hoghwarts Legacy. Un movimiento cuestionable, pero que será interesante ver cómo acaba resultando en el largo plazo.