72 horas después de emitirse el capítulo número 3 de The Last of Us en HBO, la valoración general de los espectadores es unánime: estamos ante el mejor episodio de lo que llevamos de serie, así como uno de los mejores que hemos visto en televisión en los últimos años (de la historia lo dirá el tiempo, que ir tan arriba de primeras siempre es malo).
¿Pero qué lo hace tan especial? ¿Por qué se está llevando tantas alabanzas? Pues porque representa bien qué necesita ser una adaptación de un videojuego a la pequeña o gran pantalla.
Vienen spoilers del episodio. Recomendamos no leer el artículo hasta verlo.
Respeto y coherencia
Hay una máxima que no paro de defender a la hora de realizar una adaptación audiovisual de un videojuego, cómic o lo que sea: no es necesario que sea igual, lo que es obligatorio es que posea respeto por la obra original. La adaptación de Resident Evil para Netflix es malísima no sólo por una dirección paupérrima y un montaje errático, sino porque no guarda respeto alguno por el producto en el que se basa (y por eso ha durado una temporada).
Y con respeto, repito, no se hace referencia a que todo sea idéntico, sino que mantenga las señas de identidad de esa obra. Aquí podemos entrar en un amplio debate sobre qué es “la identidad” de una serie, sobre qué es “la esencia”, pero es más fácil detectarlo que analizarlo. Sabes a qué huele un sofrito de verduras, pero te costaría detallar ese olor porque es una combinación de muchos. Lo tienes interiorizado, sabes cuál es la esencia del sofrito, y esa es la clave.
El episodio 3 de The Last of Us es una demostración en mayúsculas de que puedes saltarte a la torera cualquier argumento del videojuego, cambiarlo, retorcerlo y modificarlo, ya que se ha hecho con mimo, con delicadez, con pasión y con respeto por la obra manteniendo esa esencia. Y lo que es mejor: que incluso cuente una historia más bonita que la que narra el videojuego.
Neil Druckmann, cocreador de The Last of Us, comentaba en los Behind the Scenes que la idea sobre la que se asienta la serie es sencilla: si el material del videojuego es bueno, entonces se queda igual; ahora bien, si consideran que se puede mejorar, el equipo ha intentando cambiarlo para que sea mejor. Así de fácil y sencillo.
El 1×03 responde a esta premisa. En el juego, Bill ayuda a Joel y Ellie en su poblado, a la par que se deja caer que mantiene una relación con Frank a través de una nota de suicidio de este último. No es explícito, al igual que su homosexualidad, pero no hace falta ser un genio para darse cuenta. Sin embargo, en la serie se le da una vuelta de tuercas, se hace explícito y se narra la vida de ambos personajes. Al poder prescindir de la parte gamificada intrínseca al videojuego, la ficción de la HBO ahonda en la relación de ambos entes.
Se centra en ellos, en cómo se conocen, en cómo conviven en el poblado y en cómo ambos llegan hasta el final de sus vidas juntos. Aquí no se suicida Frank solo: Bill lo acompaña en este camino. Porque si piensas que este episodio es de relleno, siento decirte que te has enterado muy poco del capítulo: la carta final que se queda Joel es el catalizador para saber que tiene un objetivo. Por eso mira a Ellie, porque sabe que ahora cuenta con un propósito.

Esto en el videojuego se ve bastante bien cuando Ellie se escapa de la presa hidráulica y Tommy y Joel van en su búsqueda. Ambos discuten, pero Joel se percata de que esa niña no es sólo su misión, sino también aquello que le da vida, lo que le empieza a ligar a este mundo. En la serie de la HBO, ese momento lo han adelantado gracias al capítulo de Frank y Bill, aprovechan ese suicidio para decirle a Joel que se preocupe de lo que hay, no vaya a ser que pueda perderlo.
Por eso este 1×03 es una magnífica adaptación, porque no sólo coge aquellos elementos que le interesan del videojuego, sino que los transforma para hacerlos mejor y los adopta a un lenguaje puramente audiovisual. El respeto a la obra se convierte también en coherencia narrativa, en que aquello que se está contando responde de manera positiva tanto al mundo nuevo creado (el de la serie) como al viejo (el del videojuego). Porque si esta historia hubiese estado en el videojuego, a nadie le habría sorprendido dado que es verosímil en ese mundo. Da soporte al viaje de Ellie y Joel, que es la nota predominante.
Da igual que maten a Bill porque su muerte responde a una necesidad narrativa y guarda correlación con ese universo. Lo importante en una adaptación no es que sea uno a uno, sino que tenga respeto. Y esta lo tiene.