Silent Hill: Ascension era la vuelta a Silent Hill que todos nos temíamos, pero que ninguno queríamos. Con una experiencia de usuario absolutamente terrible y unas microtransacciones que rozan lo denunciable, el juego no está siendo la experiencia de Silent Hill que buscaba literalmente nadie. Tanto es así que, las personas que han decidido sumergirse en el mismo, han empezado a dudar de que siquiera lo hayan hecho siquiera seres humanos.
Esto no aparece de la nada. Buena parte de la comunidad piensa que Silent Hill: Ascension está en realidad escrito a través de IA, dado lo absolutamente terrible de muchas escenas. Personajes que aparecen de la nada, dicen cosas incongruentes y desaparecen. Personas que reaccionan de modos que no pueden denominarse como humanas. Y en general, toda una sensación de extrañeza que, lejos de parecer intencional, parece fruto de o una ineptitud fragrante o de que, de hecho, no está escrito por un ser humano.
A todo esto no ha ayudado que el CEO de Genvid, desarrolladores de Silent Hill: Ascension, haya afirmado que hayan estado experimentando con IAs para sus siguientes proyectos. Incluido Ascension. Aunque, siendo justos, desarrolladores del estudio han afirmado que rechazaron el uso de la IA porque los resultados eran menos que ideales. Y el propio CEO, Jacob Nakov, ha tenido que salir al paso.
Nakov ha afirmado que «cada palabra de Ascension ha sido escrita por personas reales, muchas de cuales tienen abultadas carreras en la escritura, incluyendo en títulos de Telltale, Pixal, God of War Ragnarok, Resident Evil Village, y más». Afirmando que «hay cero palabras escritas a través de IA».
Esto ha hecho que la comunidad tenga sentimientos encontrados con respecto de toda la situación. Muchos no lo creen y otros muchos lo creen y piensan que es peor hacer un trabajo tan malo siendo un ser humano. En cualquier caso, no tenemos razones para no creer a Nakov. Es posible que todo en Silent Hill: Ascension haya sido escrito por un ser humano. Pero eso no significa que haya sido escrito bien. O que tenga ningún sentido.