¿Qué pasaría si alguien muriera en el espacio? Esta es una pregunta que quizás te hayas hecho alguna vez, sobre todo si eres fan de películas de ciencia ficción como Interstellar o Gravity. Pues bien, resulta que la NASA está trabajando en un protocolo para este tipo de situaciones, y no es nada agradable.
Para tal eventualidad (tan solo 20 personas han fallecido fuera de la Tierra hasta el día de hoy), la NASA aún no tiene ningún plan de contingencia, pero está trabajando en un procedimiento llamado “Body Back”, mediante el cual se introduciría el cadáver del astronauta en una bolsa especial y se colocaría en una cámara frigorífica.
Allí, el cuerpo se sometería a un proceso de liofilización, es decir, se congelaría y se eliminaría el agua por sublimación. De esta forma, el cuerpo se reduciría a un polvo seco y ligero, que se podría almacenar o transportar con facilidad.
Este método se conoce como “promación”, y fue desarrollado por la bióloga sueca Susanne Wiigh-Mäsak como una alternativa ecológica a la cremación o el entierro, respetando así la dignidad del difunto y evitando la contaminación del suelo o la atmósfera.
Sin embargo, el protocolo Body Back solo se aplicaría si el astronauta muriera dentro de una nave espacial o una estación orbital. Si el astronauta falleciera fuera de la nave, por ejemplo, durante un paseo espacial, la situación sería más complicada. En ese caso, la NASA no tiene una solución clara, y dependería de las circunstancias y de las decisiones de los compañeros de misión.
Una opción sería dejar el cadáver flotando en el espacio, donde pasaría a formar parte de los cientos de cuerpos celestes (nunca mejor dicho) que rodean el planeta. Otra opción sería intentar recuperar el cuerpo y traerlo de vuelta a la Tierra. Pero ambas opciones implican riesgos técnicos y éticos, además de un alto coste económico.
Por eso, algunos expertos sugieren que lo mejor sería incinerar el cuerpo con un propulsor de plasma, un dispositivo que genera un chorro de gas ionizado a alta temperatura. Así se evitaría que el cuerpo se descomponga y libere sustancias nocivas al espacio.
Sea como sea, lo cierto es que nadie ha muerto todavía en el vacío espacial, al menos no oficialmente. Por eso mismo, esperemos que este tipo de situaciones no se den nunca, y que los viajes espaciales sean cada vez más seguros.
Algunos de los enlaces añadidos en el artículo forman parte de campañas de afiliación y pueden representar beneficios para Softonic.