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Se despiden nuestros héroes favoritos: por qué nos gustan tanto los Guardianes de la Galaxia

Los Guardianes de la Galaxia: de incomprendidos personajes de cómic a superehéroes de cine

Se despiden nuestros héroes favoritos: por qué nos gustan tanto los Guardianes de la Galaxia
Álvaro Arbonés

Álvaro Arbonés

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El ciclo de la vida es inevitable. Las modas se acaban. Los seres vivos fallecen. Incluso las franquicias que todos amamos necesitan acabar, o al menos tomarse un descanso. Por eso, aunque puede ser decepcionante para muchos, el final de Guardianes de la Galaxia ya está aquí. Y si bien es cierto que si algo nos han demostrado los cómics y el MCU es que nunca digas que esta historia se ha acabado o que este personaje ya está muerto, no es una mala ocasión para rememorar todo aquello por lo que la franquicia es tan querida. Incluso partiendo de que los cómics no eran precisamente algo muy popular o conocido.

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Apareciendo por primera vez en enero de 1969 en Marvel Super-Heroes #18, los Guardianes de la Galaxia fueron creados por Arnold Drake al guion y Gene Colan a los lápices. Compuesto por Vance Astro, Martinex T’Naga, Captain Charlie-27 y Yondu Udonta, el grupo tuvo unas ventas bastante sólidas en este primer número, pero no volverían a aparecer hasta cinco años después, en junio de 1974, en  Marvel Two-In-One #5. Al escritor de la historia, Steve Gerber, le gustaban tanto que les introdujo en una historia en común con los defensores en sus números entre junio y noviembre de 1975, algo que les valió finalmente su propia colección en febrero de 1976.

Irónicamente, la serie fue todo un fracaso. Con apenas diez números en su haber, ni la primera run de Gerberg ni los últimos números de Roger Stern, consiguieron hacer levantar el vuelo a una colección que no despertó ningún interés entre el público.

A lo largo de los años hubo varios intentos de resucitarlos, usándolos aquí y allá, sin que realmente llegaran a calar nunca entre el público. Al menos hasta que en mayo de 2008, tras los eventos de Aniquilación: Conquista, relanzaron la colección con un equipo con una formación completamente diferente. Tras una guerra sin precedentes, Star-Lord decide crear un equipo de héroes interestelares para evitar que una situación similar vuelve a ocurrir. Para ello recluta a Adam Warlock, Drax El Destructor, Gamora, Phyla-Vell, Rocket Raccoon y Groot, con Mantin como miembro de apoyo. Siendo particularmente populares durante la etapa de Brian Michael Bendis, esta formación será la que dará forma a la composición que vemos en las películas. Las cuales beben mucho más de estos cómics de lo que generalmente se les ha reconocido.

Lo que hizo James Gunn con los cómics es coger la etapa de Brian Michael Bendis y teñirla de sus colores. El director venía de hacer películas independientes de éxito moderado, irreverentes y rocambolescas, y su intención a la hora de hacer la película era fijarse mucho en la ciencia ficción de los 70s y los 80s, respetando en todo momento lo que era la serie de cómics que se estaba haciendo en ese momento. Por eso no debería extrañarnos que entre sus principales influencias declare películas como Flash Gordon, Farscape o Star Wars, el videojuego Mass Effect, o dentro de las influencias no declaradas, la película Barbarella. Con todo ello, junto con las dosis de música ochentera, quiso jugar con una idea particular: dar la sensación de que Los Guardianes de la Galaxia es una película de aventuras clásica, más alejada de las películas de superhéroes moderna. Incluso si seguía de cerca lo que hacían estas.

De hecho, es más el tener que ser una película del MCU que la identidad artística de James Gunn la que aleja más a las películas de lo que ocurre en los cómics. Si bien Peter Quill es, en esencia, el mismo personaje, Gamora en los cómics tiene el mismo carácter, pero tiene más facetas como personaje, teniendo un lado más suave y una faceta mucho más violenta y salvaje, haciendo que sea un personaje con más capas que lo que hemos visto en las películas. De igual modo, Drax en los cómics es un personaje más complejo y menos humorístico, que de hecho tenía poderes como la capacidad de volar o la de detectar a Thanos, pero con el tiempo los fue perdiendo para igualar al personaje del cómic y al de la película.

Eso no quita para que las películas sepan aportar su granito de arena. Guardianes de la Galaxia es una aventura encantadora sobre cómo un grupo de desarrapados sin nada en común, salvo el tener una pila de traumas que les impiden confiar en nadie, acaban aprendiendo a confiar los unos en los otros. La segunda, aun centrándose quizás en exceso en los conflictos particulares entre los miembros del grupo para el efecto cómico, ahonda en la historia de Peter Quill para desarrollar una historia interesante e icónica de los cómics, donde descubrimos sus orígenes y porqué su propia ascendencia puede ser un problema para él y para toda la galaxia. Todo esto acompañado de un factor nostálgico que siempre se ha hablado en términos musicales, por cómo hace uso de la música de los 80s por las mezclas que la madre le hizo a Peter antes de ser abducido, pero que también están en las más que evidentes referencias y parodias que se hacen al cine de ciencia ficción de esa misma época, como ya hemos señalado anteriormente.

El éxito de la franquicia ha sido tal que incluso ha tenido su propio videojuego. Con un éxito de crítica y público moderado, es un buen juego de aventuras, divertido, que sigue de cerca las ideas que desarrolla las películas y que, en cierta medida, consigue preservar mejor la identidad de Los Guardianes de la Galaxia que el Volumen 2 de las películas.

Del mismo modo, el 25 de noviembre del año pasado, se estrenó en Disney+ un especial de televisión escrito y dirigido por James Gunn llamado The Guardians of the Galaxy Holiday Special, donde los Guardianes intentan prepararse para las navidades, creando un auténtico desastre en el proceso. Encantadora, divertida y siguiendo la estela de las dos anteriores películas, este especial no hace nada especial con los personajes, pero cuenta una graciosa historia de navidad que hubiera encajado perfectamente como el clásico especial de navidad de cualquier sitcom de los 80s o de los 90s de la que bebe, y parodia con cariño, este particular especial de televisión.

Ahora con James Gunn en la distinguida competencia, es difícil ver cómo es posible ver una cuarta entrega de Guardianes de la Galaxia sin él. Los colores y la identidad del director están por todos partes en la franquicia, y es algo que se ha visto de forma evidente incluso en sus proyectos para DC, como El Escuadrón Suicida o Peacemaker. Razón por la cual resulta difícil creer que vaya a haber más Guardianes de la Galaxia tras esta tercera entrega. O no a corto o medio plazo.

¿Qué nos cabe esperar entonces de esta tercera entrega? Probablemente, exactamente todo lo que ya hemos dicho. Seguir mucho más de cerca los cómics de Guardianes de la Galaxia de la etapa de Bendis de lo que se le ha reconocido nunca, hacer una entrañable parodia de la cultura sonora y visual de la década de los 80s con todos los elementos de la película, y darles a este grupo de desarrapados, psicópatas y víctimas de las circunstancias el final que se merecen. El reconocimiento de héroes que cosechan al final de cada una de sus aventuras. El recordatorio de que son una familia, a pesar de las improbables circunstancias. Porque de eso trata Los Guardianes de la Galaxia. De que a pesar de todo, de que independientemente de lo que ocurra, somos familia y nos tenemos los unos a los otros. Porque cuando has sobrevivido a tantas cancelaciones como este grupo, ¿cómo vas a creer que no acabarán volviendo tarde o temprano?

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Álvaro Arbonés

Álvaro Arbonés

Periodista cultural y escritor con especial interés en lo audiovisual y todo lo que se pueda jugar. No he venido a hablar de mis libros, pero siempre puedes preguntarme por ellos si tienes curiosidad.

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