Francis Ford Coppola es uno de los directores más importantes de la historia. Es el cineasta detrás de El Padrino, de Apocalypse Now y de Drácula, y sin duda su legado cinematográfico pervive en todo tipo de directores, películas y series posteriores. Sin embargo, todo eso no está sirviendo de nada con la que parece que va a ser la última película de su carrera: Megalópolis.
Megalópolis es una película de ciencia ficción que el propio Coppola tiene escrita desde principios de los años 2000. Quería que fuera su próximo proyecto para volver al “gran cine” antes de caer en películas vilipendiadas como Twixt, Tetro o El hombre sin edad. Sin embargo, debido a su coste y su difícil factura, el proyecto se fue postergando.
Nadie quiere lo último de Coppola
Finalmente, Coppola decidió poner de su bolsillo los 120 millones de dólares que costaba la producción de la película, y con Adam Driver como protagonista, finalmente la tiró adelante. Pero… no todo estaba hecho, y ahora se teme que Megalópolis nunca se estrene en los cines globales, dejando así huérfana a la última película del director de El Padrino.
De lo poco que sabemos de la película es que sigue la reconstrucción de una gran metrópolis después de un accidente catastrófico. En ella se contraponen dos visiones: la de un arquitecto idealista (Adam Driver) y la de un pragmático alcalde (Giancarlo Esposito). De momento, la película se ha estrenado en algún festival —lágrimas de Coppola inclusive— y ha tenido buena recepción… pero no es suficiente.
De momento, ningún estudio está apostando por la película para su distribución. El coste de más de 120 millones de dólares y el hecho de que se vea como una película experimental hace que muchas productoras no quieran invertir en ella, más viendo que el nombre de su director ya no quiere decir nada. De hecho, ni Los asesinos de la luna de Martin Scorsese funcionó bien en taquilla… así que Coppola no es garantía de éxito.
Mientras el director lucha por llevar adelante su película y que pueda verse en todo el mundo, muchos creen que es una despedida a la altura y que, de salirle bien la jugada, acabará ganando todos los premios posibles. Así que en las manos de los estudios está el apostar o no por ella.
