Año 1971. Quino dibuja una tira de ‘Mafalda’ en la que su padre, en la playa, insta a su hijo Guille a hacer un castillo de arena, solo para descubrir que él ha creado bloques de apartamentos de arena (“No puedo táedteloz pada eztupidecez, eztoy haciendo depadtamentos”). Una obra maestra más de las muchas del maestro del humor.
Año 2006. Nik dibuja una tira de ‘Gaturro’ en la que, en la playa, el protagonista insta a Gaturrín a hacer un castillo de arena, solo para descubrir que él ha creado bloques de apartamentos de arena (“¿Qué castillito? Ahoda ed negocio es haced torres de depadtamentos”). Uno podría pensar que es casualidad, pero solo es el enésimo plagio de un autor que ha vivido de copiar a otros… y ha sufrido las consecuencias.
Quien roba a un ladrón
Nik comenzó a dibujar a Gaturro en 1993, y ya entonces hubo quien dijo que su protagonista era una especie de Garfield, algo de lo que Jim Davis es plenamente consciente. Treinta años después de viñetas y márketing, el público adulto no le ha acompañado. Y para prueba, un botón: en el Paseo de la Historieta de Buenos Aires, su estatua fue la única vandalizada a mediados de 2022 con grafitis y dibujos de todo tipo. Se la llevaron para rehacerla y pusieron algo llamado “tecnología antivandálica”: dos vallas pequeñas. En un solo día, la estatua volvió a estar peor que la vez anterior y volvieron a llevársela.
¿Por qué nadie quiere a Gaturro? El propio Quino dijo en una entrevista que a Nik “nadie lo soporta”, y no es para menos: entre sus plagios obvios se encuentran ‘Calvin y Hobbes’, Roberto Fontanarrosa, Juan Carlos Argüelles, Caloi, Leo Arias, CartoonHarry o ‘Garfield’, entre muchos otros, han sufrido de un artista que es amigo de lo ajeno. Aunque, a su favor, hay que decir que no ha eludido nunca la pregunta al respecto. La respuesta, eso sí, es mejorable.
“Encontrás dos o tres dibujos parecidos a algo preexistente y con eso se hace una polémica”, comentó una vez. Quizá sea la rabia por haber sabido vender su personaje (Gaturro ha protagonizado desde películas hasta series de animación y tiene atracciones en parques variados) o, simplemente, que jamás se ha arrepentido o ha pedido perdón por plagiar. Sea como sea, lo cierto es que el público nunca le ha mostrado una sonrisa a este gato supuestamente socarrón que, francamente, huele a tupper de la semana pasada.
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