En sólo 24 horas llegan al mercado las nuevas gafas de realidad virtual de Sony: las PlayStation VR2. Con el aterrizaje de esta nueva versión del hardware surge una pregunta clave: ¿será capaz de robarle algo de terreno a las Meta Quest 2 de Facebook?
Desde un punto de vista técnico, no cabe duda de que las especificaciones de PS VR2 son muy buenas. Con una resolución de 2000 x 2040, estas se sitúan por encima de las antiguamente denominadas Oculus, que se quedan con una resolución de 1832 x 1920 en su versión normal, y de 1800 x 1920 en el modelo pro. Así mismo, habría que sumarle que el panel de las VR2 es OLED, mientras que las Meta Quest 2 monta un LCD (normal) y QD-LCD (en el pro).
Por otro lado, la tasa de refresco de las PS VR2 es de 90 / 120 Hz, mientras que las Meta tienen también ese tope máximo, pero el mínimo desciende hasta los 72 Hz. Además, el campo de visión es de 110 grados en las de Sony, con 96 grados en las Meta normales y 106 máximo en el modelo pro. Con todo esto ya comentado, se puede ver fácil que en características supera a las gafas de Facebook, ¿pero dónde flaquea?
Quizás el inconveniente más grande que se han encontrado las gafas de realidad virtual de Sony es su precio. Cuestan 600 euros (599,95, para ser exactos), una cifra que es alta, sí, pero a la que se le debe sumar un condicionante importantísimo, que no es otro que también requiere una consola PlayStation 5. Por tanto, a esta cantidad habría que sumarle 550 euros o 450 adicionales, todo dependiendo de si se busca el modelo con lector o el digital, respectivamente. En otras palabras: para jugar a la realidad virtual es necesario desembolsar, en el menor de los casos, 1.050 euros, y todo esto sin tener ni un solo videojuego.
Las Meta Quest 2, por su parte, en su versión básica son 450 euros, un precio más económico, a pesar incluso de que subieron de coste durante el pasado 2022 (las pro, en cambio, se van hasta los 1.800 euros, un precio ya desorbitado). Sin embargo, el punto fuerte de las Meta Quest 2, y es donde realmente gana por goleada a las PlayStation VR2, es que no necesitas absolutamente nada adicional para jugar.
Las gafas traen su propia memoria de almacenamiento interna, de manera que decenas y decenas de videojuegos se pueden jugar sin necesidad incluso de PC. Sí, es cierto que este último se necesita para disfrutar de determinados títulos -esto lo escribe un fan de Half-Life Alyx-, pero aquí no es necesario desembolsar una cantidad extra para jugar a una larga lista de videojuegos: te compras las gafas, pones tu usuario y listo. Así de fácil.
En este sentido, hay un detalle adicional que también marca la diferencia en estos momentos. Para utilizar PlayStation VR2 es necesario tener cable sí o sí: o se conecta así o no se podrá jugar. En cambio, las Meta Quest 2 son inalámbricas, algo que se agradece mucho, en especial en aquellas localizaciones donde no se cuenta con un gran espacio. También se pueden conectar por cable, hasta tal punto que algunos juegos lo solicitan para el retardo sea menor, pero hay centenares de ellos que se pueden utilizar sin problemas de forma inalámbrica, con una experiencia increíble (Beat Saber, por ejemplo, como prueba máxima).
El gran hándicap que posee PS VR2 respecto a las Meta Quest 2 es su precio, la necesidad de contar con una consola (no se pueden usar en PC, por ejemplo) y, sobre todo, el uso de cable que restringe la libertad de movimiento. La tarea que tiene por delante Sony es titánica, y estas tres variables son las que juegan en su contra.
