La robótica está cada vez más presente en nuestras vidas. Este martes, el Departamento de Policía de Nueva York (o NYPD) anunció la integración en sus cuerpos policiales de un conjunto de robots, que estarían destinados a llevar a cabo asignaciones que podrían ser demasiado peligrosas para los seres humanos.
Estos robo-perros, que reciben el nombre de “Digidogs” o “Spot”, son obra de la empresa de robótica Boston Dynamics, muy conocida en redes sociales por sus vídeos donde muestran los nuevos modelos de robots que están construyendo. Los Digidogs ya se trataron de implementar anteriormente, pero la policía neoyorquina acabó dando marcha atrás tras un fuerte rechazo de la opinión pública.
Con una inversión de 750.000 dólares procedentes de fondos de confiscación de activos (dinero confiscado por la policía), la policía neoyorquina pretende incluir en sus equipos estos robots con “apariencia perruna” con el fin de realizar labores que podrían ser demasiado peligrosas para los agentes humanos, como la desactivación de bombas. Estos robots se adaptan muy bien a diferentes entornos, y pueden funcionar de forma autónoma o mediante control/orientación humana.
Pero no son los únicos robots que formarán parte del Departamento de Policía de Nueva York. La policía neoyorquina también ha anunciado el futuro despliegue en la estación de metro de Times Square del Robot de Seguridad Autónomo K5, construido por la compañía Knightscope.
La introducción de este nuevo robot de patrulla y vigilancia, que contará siempre con la compañía de un agente humano, ha costado 12.250 dólares al Departamento de Policía de Nueva York, y se pondrá en funcionamiento este verano. Con una apariencia muy semejante a la del popular robot de Star Wars R2-D2, el K5 viene equipado con una cámara de 360 grados y una serie de micrófonos que servirán para detectar cualquier tipo de actividad sospechosa.
A pesar de la utilidad que pueden tener estos robots para la seguridad ciudadana (que no contarán con ningún tipo de armamento ni con tecnología de reconocimiento facial), diversos grupos y asociaciones, como Communities United for Police Reform han mostrado su descontento por su despliegue en las calles de Nueva York:
“Necesitamos invertir en vivienda, educación, atención a la salud mental y programas comunitarios que nos mantengan seguros, no invertir en nuevas y costosas tecnologías para criminalizarnos aún más”.
Son muchas las compañías que están desarrollando diversos tipos de robots. Xiaomi presentó en el Mobile World Congress de este año sus recientes modelos robóticos: CyberDog y CyberOne. Además, la compañía Agility Robotics anunció recientemente la creación de un nuevo robot con ojos, con el fin de mejorar la interacción entre humanos y robots.
¿Serán de utilidad para la policía neoyorquina? ¿Se acabarán implementando en las fuerzas y cuerpos de seguridad de otros países? Y, lo que es más, ¿se acabarán integrando funciones que permitan reconocer facialmente a los ciudadanos o incluso hacerles daño?
Cuestiones sobre las que solo podemos teorizar de momento, pero que dejan volar la imaginación, sobre todo con la existencia de obras ficticias como la saga de videojuegos Watch Dogs, donde robots similares sirven para “mantener la paz”, pudiendo incluso utilizar métodos “algo más drásticos” (letales) que los que patrullarán las calles de Nueva York.
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