La temporada 6 de Black Mirror lleva un par de semanas en Netflix y, en general, las críticas están siendo muy positivas. Aunque destacan algunos episodios como Joan is Awful o Beyond the Sea, en general los fans de la serie destacan que es una temporada bastante a la altura de la serie creada por Charlie Brooker.
Sin embargo, hay un episodio que está muy por debajo de la media en la crítica general, y que incluso está siendo catalogado por muchos como el peor de toda la serie: Mazey Day. El cuarto capítulo de la temporada está recibiendo críticas mucho más negativas que el resto, e incluso muchos dicen que no tiene ningún sentido que forme parte de una marca como Black Mirror.
Pero ¿es tan malo Mazey Day como dicen? A continuación intentamos dar respuesta a las críticas.
Una nueva piedra en el camino de Black Mirror
Mazey Day trata sobre una paparazzi, Bo, que considera abandonar su profesión de moral dudosa cuando provoca el suicidio de un actor cuyo único delito es ser gay. Sin embargo, esto parece ser una anécdota cuando Bo cambia de objetivo al intentar retratar a Mazey, una actriz que lleva desaparecida un tiempo. Bo sigue a Mazey durante días hasta que, bueno, descubre que es una licántropa y mata a todos los asistentes de un restaurante… lo que le da a Bo su foto buscada.
Aunque pueda tener toques Black Mirror, hay varias cosas por las que el capítulo ha sido tan criticado. En primer lugar, porque los elementos sobrenaturales no suelen formar parte de la serie; se trata de una antología de ciencia ficción, y el hecho de meter a un hombre lobo hace que se pierda un poco el hilo.
Tampoco ayuda que el capítulo esté ambientado en el pasado. Como muchos han dicho, Black Mirror ha pasado de ser una serie de distopías futuristas a anacronías pasadas… y aunque funciona bien en episodios como Beyond the Sea, en esta ocasión se estrella.
Pero lo más problemático es que el mensaje del capítulo no consigue llegar. Aunque está claro que intenta reflexionar sobre los paparazzis, el mensaje queda demasiado soterrado por todo lo demás… y el final tan disruptivo no invita a demasiada reflexión. Quizás no sea el peor capítulo de Black Mirror, pero desde luego se cuela entre los menos llamativos.
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