Nunca sabes qué es lo siguiente que se va a poner de moda en TikTok, la web que ha popularizado películas de Netflix olvidadas por el algoritmo, libros que apenas vendieron en su primera tirada, canciones más o menos absurdas y hasta eventos históricos que de otra manera la generación Z no conocería. Es un mejunje repleto de ideas, memes, trends, juventud,rareza imposible de comprender por los millennials (no digamos ya por la Gen X) que, de repente, ha puesto en el punto de mira… a Franz Kafka.
Un resultado kafkiano
No es que de repente millones de adolescentes se hayan puesto a leer ‘La metamorfosis’ por absoluta casualidad o mente colmena. O quizá un poco sí. Todo empezó durante la gala MET, cuando una cucaracha se coló en la alfombra roja. El vídeo inicial hacía un chiste al respecto, como si fuera un tuit: “¿¡La gala MET de 2023 ha conseguido que aparezca Kafka!?”. Se hizo viral con más de 2000 comentarios y 433.000 likes, y la bola de nieve empezó a girar.
La cosa no se quedó en ‘La metamorfosis’. Pronto, los chavales empezaron a comparar cualquier WhatsApp rancio adolescente con las frases de ‘Cartas para Milena’ (“Nunca es bastante lo que tengo tuyo en las manos”) y los memes, perfiles, biografías y comparaciones con la vida real, uniendo el cinismo del autor con el del día a día de cualquier joven, han crecido exponencialmente.
El hashtag #kafka ya cuenta con un total de 547 millones de reproducciones (casi nada, ¿eh?), incluyendo tops de frases de Franz Kafka con cientos de miles de likes, declaraciones de amor con millones de visionados e incluso parodias que dicen “Cuando te llama guapa pero Kafka dijo ‘De una forma, eres material para la poesía, estás repleta de nubosas sutilezas que quiero pasar una vida descifrando'”.
Y los comentarios no van de broma: “Te amo Kafka”, “Necesito un Kafka en mi vida”, “Quieren un Kafka pero no son una Milena”… Y no, no hay post-ironía ni un intento de bromear: van totalmente en serio. Si creíais que TikTok era todo bailecitos, copiarse unos a otros y dejar la originalidad por los suelos (y, ya de paso, la cultura), va siendo hora de dejar de gritar a una nube y abrazar los booktokers, su amor Kafka y el absurdo vital. Y si no te gusta, pues quién sabe, quizá después te salga un vídeo de gatos, ¿no?
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