Yo soy de esos niños que sufrieron y disfrutaron, a partes iguales, los capítulos de Pesadillas. Recuerdo verlos sentado en el sofá, con un vaso de leche y con la tele puesta a todo volumen. A veces, si mis padres me dejaban, bajaba las persianas.
Ahora, 20 años después, recibimos una reinterpretación de la serie de Pesadillas, en inglés Gosebumps, que llega a Disney+ dispuesta a asustar a niños… y adultos. Qué alegría tener Disney Plus en pleno mes de Halloween.
La franquicia de terror del escritor R. L. Stine cuenta ya con más de 200 libros, una serie de televisión de los 90 de cuatro temporadas, dos películas protagonizadas por Jack Black en el papel de Stine, varias adaptaciones de cómics y una serie de videojuegos.
La nueva serie de Disney+, que a diferencia de los libros y de la antología televisiva de los 90 sigue a los mismos personajes a lo largo de varios episodios, se basa en cinco de los libros más populares de “Goosebumps”, incluidos “La máscara embrujada” y “La noche del muñeco viviente”.
La serie refleja la mezcla de terror y comedia de los libros
“No tuvimos que explicárselo a Disney”, explica Nicholas Stoller, guionista de la serie. “En cuanto les dijimos: ‘Queremos que sea divertida, pero también terrorífica, dramática, con niños y adultos’, nos dijeron: ‘Sí, lo tenemos'”.
El director Rob Letterman dijo que él y Stoller se divirtieron jugando con diferentes subgéneros del terror. “Cada episodio, por diseño, tiene un aire de género diferente”, dijo. Están unidos por una estética de producción “que es muy cinematográfica, aterrizada, arenosa, real”, dijo.
La serie se sitúa ahora en el presente
Los acontecimientos de la nueva serie se iniciaron en 1993, y hay un flashback que despertará la nostalgia de los fans de la serie original.
Pero la mayor parte de la historia transcurre en el presente. Los teléfonos móviles existen. Un personaje hace referencia a “Hamilton”. Y la canción de Travis Scott “Goosebumps”, lanzada en 2016, sale en uno de los capítulos.
La actualización fue menos complicada de lo que podría pensarse porque los libros nunca fueron especialmente actuales, señaló Stoller.
Aunque hay Easter egg y alusiones a la moda y la música de los 90, los creadores fueron cautelosos a la hora de tratar la década y sus señas de identidad como una broma continua.
“Hacer referencia a los 90, o reírse de los 90, es algo que ‘Stranger Things’ ha hecho realmente bien con los 80”, explicó Stoller. “Pero queríamos contar una historia seria y contemporánea de instituto. No queríamos meternos en algo que rozara la parodia”.
