Cuando Peter Laird y Kevin Eastman crearon el primer número de las Tortugas Ninja en 1984 como una parodia indie de los superhéroes, no se esperaban que cuarenta años después seguirían en boca de todo el mundo con una estupenda colección de cómics, una nueva película de animación, varios videojuegos en el mercado y un fanatismo exacerbado por unos personajes que jamás se crearon para agradar al público mainstream. Y sin embargo, aquí estamos, con cuatro mandos de Xbox, uno para cada tortuga.
El olor del Maestro Splinter
Lo curioso de estos mandos no son los graffitis o que estén tuneados con los diseños de los personajes en ‘Tortugas ninja: caos mutante’, sino que tienen un delicioso olor a… pizza. Sí. A pizza. ¿Alguna vez has querido comerte tu mando mientras juegas o tener abierta al lado la pestaña de tu pizzería favorita por si acaso te entra antojo de una con doble pepperoni? Ahora puedes gracias a un difusor de olor incluido que luce como un trozo de la comida más popular en las alcantarillas de Nueva York.
La parte mala (y al mismo tiempo, buenísima) es que no pueden comprarse de momento: se trata solo de premios de un concurso que en el futuro valdrán miles de dólares como objeto nostálgico rarísimo. Eso si no lo gastas jugando y oliendo a pizza todo el rato, claro.
Esta no es la primera vez que los olores y los sabores se mezclan de una manera improbable con los videojuegos. Recordemos, por ejemplo, que todos los cartuchos de Switch están impregnados de una sustancia que, al lamerlos, se hace asquerosa, para evitar que los niños puedan tragársela sin querer. Y si nunca habías probado a lamer uno, sabemos perfectamente que estás yendo ahora mismo. Efectivamente: sabe a asco puro.
Tampoco es la primera vez que se hace un experimento como este: en ‘Earthbound’, Nintendo Power sacó a la venta una tarjeta para rascar que escondía olores detrás. Entre ellos, por supuesto, la pizza. Algo parecido hizo la séptima parte de ‘Leisure Suit Larry’, que con la compra del juego daba una tarjeta de olores. Otra cosa es que quieras oler ese juego en particular, claro. Por su parte, el disco de ‘Gran Turismo 2’ olía a neumático cuando se tocaba y, se supone y ‘FIFA 2001’ hacía lo propio pero con la hierba recién cortada de un campo de fútbol. Vamos, que Xbox no ha inventado nada… aunque nos encante creer que sí. ¡Cowabunga!
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