Seguramente recuerdas ver en televisión viejos anuncios de todo tipo de juegos de mesa (desde ‘Cocodrilo sacamuelas’ hasta ‘Hundir la flota’) que acababan con el logo de MB. Pero MB no eran dos letras al azar: venían de Milton Bradley, un hombre nacido en 1836 que a los 24 años montó su primera empresa. Efectivamente, un lugar dedicado a… hacer litografías.
La barba maldita
A mediados del siglo XIX, Bradley ni siquiera se planteaba hacer nada relacionado con los juegos de mesa: lo suyo era utilizar su máquina de litografías para hacer y vender retratos de los famosos de la época. Sin duda, el más vendido era el de Abraham Lincoln, que en la década de los 1850 aún no era presidente. Eso sí, era tan popular que sus retratos se vendían como rosquillas y Bradley encargó un montón de litografías suyas, viendo que era la piedra angular de su empresa.
El problema es que, justo entonces, Lincoln decidió dejarse su ahora icónica barba. Y todas las litografías ya no valían para absolutamente nada, amenazando seriamente el cierre de su empresa. Fue entonces cuando tuvo suerte con la aparición en su vida de George Tapley, un colega que le invitó a jugar a una partida de un viejo juego inglés. Bradley lo analizó, lo americanizó y creó ‘The Checkered Game Of Life’, que trataba de que los jugadores vivieran una vida desde la infancia hasta ser un feliz anciano, evitando los problemas por el camino que llevaran a una desgracia prematura.
Fue tal exitazo que inmediatamente cambió el foco de la empresa. Las litografías eran el pasado: lo suyo eran los juegos de mesa. Con el tiempo, aquel juego se convirtió en el ultra-conocido ‘The Game Of Life’ (que ahora trataba sobre ser rico y no sobre envejecer feliz), que se lanzó en los 60 tras una crisis terrible y vino acompañado de ‘Twister’, ‘Yahtzee’ o ‘Simón’. Actualmente es Hasbro quien posee la empresa, y una cosa está clara: nunca una barba salvó una empresa tanto como aquí.
