El gigante TSMC ya tiene fecha para fabricar los primeros chips de 1 nm de la historia

Los resultados económicos de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) durante 2024 han sido sobresalientes, con un incremento del 34% en sus ingresos en comparación con el año pasado, todo marcado por el boom de la IA y la necesidad de chips.

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En diciembre, la compañía alcanzó ingresos de más de 8.400 millones de dólares, lo que representa un notable aumento del 57,8% en comparación con el mismo mes del año anterior.

Este crecimiento se ha visto impulsado principalmente por la creciente demanda de semiconductores para aplicaciones de inteligencia artificial, suministrando productos clave a gigantes tecnológicos como NVIDIA, AMD y Broadcom.

¿Más aranceles para TSMC y los chips extranjeros?

Sin embargo, la reciente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado incertidumbre sobre el futuro de TSMC.

En su campaña electoral, Trump anunció planes para imponer aranceles a la producción extranjera de semiconductores y otros productos esenciales, con la intención de fomentar el regreso de la fabricación a Estados Unidos.

La mención explícita de Taiwán en sus declaraciones ha despertado preocupación, dado que TSMC es un actor dominante en este sector, con una cuota de mercado de aproximadamente el 60% en circuitos integrados.

Para contrarrestar posibles efectos negativos de esta política proteccionista, TSMC ha estado fortaleciendo su infraestructura en Estados Unidos. La compañía ha estado desarrollando una estrategia para ampliar su capacidad de producción fuera de Taiwán, buscando así asegurar su posición en el mercado estadounidense frente a cualquier eventual conflicto entre China y Taiwán.

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Además de todo esto, TSMC ha anunciado planes para construir una planta de semiconductores avanzada en Tainan, que producirá chips de 1 nanómetro con seis líneas de producción, comenzando operaciones a gran escala en 2030. Esto podría ser una respuesta a la demanda del sector y una medida proactiva ante los cambios en la política económica de EE. UU., aunque puede que aún falten varios años para su implementación completa.