ChatGPT y, evidentemente, la inteligencia artificial se han ganado el derecho a ser grandes protagonistas de lo que llevamos de 2023, ya que la base de usuarios sigue creciendo y cada vez es más y más inteligente gracias a sus múltiples actualizaciones. Si bien esta herramienta abre muchas posibilidades y ofrece distintas cosas para distintos tipos de personas, tampoco se libra de enfrentarse a ciertos conflictos legales con el paso del tiempo.
Los responsables de ChatGPT, OpenAI, ya saben lo que es recibir alguna que otra demanda por culpa de algunas de las acciones de su chatbot inteligente, por lo que esta nueva que os venimos a contar no les habrá pillado por sorpresa. Según han contado desde CNBC, los nuevos demandantes son dos escritores reconocidos llamados Paul Tremblay (La cabaña en el fin del mundo) y Mona Awad (13 maneras de mirar a una gorda).
Una nueva demanda para OpenAI y su ChatGPT asoma la cabeza
Esta demanda tiene como objetivo denunciar que OpenAI habría utilizado las obras de los mencionados autores para entrenar a ChatGPT. Concretamente, se indica que la empresa de Microsoft habría usado bases de datos como Library Genesis o Sci-Hub para poder llevar a cabo el entrenamiento de sus modelos de lenguaje.
Eso por sí solo no es ningún problema, pero es que, al parecer, ambas plataformas son reconocidas por emplear descargas de torrents para recuperar algunas obras protegidas por derechos de autor, algo que lógicamente es ilegal. Por lo tanto, con esta situación encima de la mesa es normal que, en el día de ayer, los dos autores hayan interpuesto la citada demanda después de que la tecnológica haya utilizado sus obras sin su consentimiento para entrenar a la IA.
“ChatGPT genera resúmenes de los trabajos protegidos por derechos de autor de los Demandantes, algo que solo es posible si ChatGPT recibió capacitación sobre los trabajos protegidos por derechos de autor de los Demandantes”, indican en la propia demanda.
Asimismo, tanto Tremblay como Awad esperan recibir una compensación económica aun sin determinar, por “daños legales y de otro tipo”, que OpenAI tendrá que desembolsar de su bolsillo en el caso de que los tribunales fallen a favor de los demandantes. Habrá que ver cómo se acaba resolviendo esta situación.
Por otro lado, teniendo en cuenta que ChatGPT ha podido emplear hasta 300.000 obras de forma ilegítima para su entrenamiento, los autores citados han animado a otros escritores a que se unan a la demanda, algo que podría acrecentar el problema para OpenAI y, por lo tanto, para Microsoft.
