Era uno de los juegos más esperados del año que no está precisamente repleto de pocos lanzamientos. ‘Diablo IV’ lleva solo tres semanas entre nosotros pero ya ha sufrido su primera gran pesadilla: un ataque DDoS en Blizzard que ha dejado a los jugadores en una cola infinita que no les permitía entrar. Por supuesto, el problema se ha solucionado varias horas después, pero ha subrayado el gran problema del juego.
Arroba devil punto com
Para jugar a ‘Diablo IV’ tienes que estar siempre conectado. Y lo que en algunos juegos como ‘Overwatch 2’ o ‘World of Warcraft’ es algo lógico (al fin y al cabo, son combates online), en esta cuarta parte no lo es tanto, y los jugadores están empezando a pedir que, para evitar esperas, ataques de hackers y demás problemas, Blizzard debería habilitar un modo offline. Ya sabéis, como se jugaban antes los videojuegos, aunque parezca que solo los ancianos del lugar nos acordemos mientras atusamos nuestras largas barbas blancas.
Con otros juegos que llevan varios años en la calle, un fin de semana de tregua no es tan mala noticia (habrá quien, incluso, aprovechará para tocar la hierba del exterior), pero en un ‘Diablo IV’ es inaudito y preocupante. Al fin y al cabo, si estás jugando en solitario, ¿para qué demonios necesitas que los servidores vuelvan y se aplaquen los ataques de hackers? ¿No sería más fácil, simplemente… jugar?
Son pocos los que recuerdan la época en la que jugar era tan sencillo como meter un cartucho (o un disco) y empezar. Ahora se han dado por normales muchas conductas que, seamos sinceros, no lo son: actualizaciones que duran horas, obligación de estar online, parches del día uno, expansiones vitales para continuar el juego… No debería ser así. Y lo saben. Si ‘Diablo III’ ya tuvo este problema y hubo quejas constantes, ¿por qué insistir en esta cuarta parte si en el primer mes ya está dejando a la gente sin poder jugar?
Venga, Blizzard, que no es tan difícil. Te puede sonar old school, pero al final vas a salir ganando. Prometido.
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