Un grupo de investigadores ha descubierto la especie de medusa más antigua registrada hasta la fecha en unos fósiles de 505 millones de años de antigüedad. Los fósiles se encontraron en Burgess Shale, una zona de Canadá donde anteriormente ya se encontraron fósiles muy bien conservados.
Bautizada como Burgessomedusa phasmiformis, esta nueva especie de medusa tuvo forma de campana y midió unos 20 centímetros de altura. Según recoge el estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, los 90 tentáculos cortos de los que dispuso esta especie le habrían permitido capturar presas de gran tamaño.
“Encontrar animales tan increíblemente delicados conservados en capas de roca en la cima de estas montañas es un descubrimiento tan maravilloso”, declaró el doctor Jean-Bernard Caron, conservador de paleontología de invertebrados del Museo Real de Ontario y coautor del estudio.
Y es que hallar fósiles de medusas es un suceso de una gran rareza, independientemente de su antigüedad. El 95% del cuerpo de las medusas es agua, y sus restos se descomponen con gran facilidad cuando mueren, por lo que encontrar fósiles de estos animales no es tarea fácil. Aun así, entre los años 80 y 90 se encontró una serie de fósiles muy bien conservados.
Con el descubrimiento de esta nueva especie de medusa, los investigadores han podido demostrar que la cadena alimentaria del Cámbrico, el primer periodo de la era Paleozoica, era mucho más compleja de lo que se creía. “Este descubrimiento no deja lugar a dudas de que nadaban por ahí en aquella época”, afirma Joe Moysiuk, estudiante de paleontología de la Universidad de Toronto y coautor del estudio.
La ciencia no para de sorprendernos. Hace tan solo unos días, os contábamos que un grupo de científicos pudo resucitar a dos gusanos que se pasaron los últimos 46.000 años congelados en el permafrost siberiano.
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