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Cara a cara: ¿Hay demasiadas redes sociales?

Abel Bueno

Abel Bueno

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Hace unos días, Iván inició un interesante debate que está ahora de candente actualidad. Os invitamos a que lo leáis y participéis en él:

Iván Ramírez

Abel, ¿te has dado cuenta de cuántas redes sociales existen? El otro día hice una foto interesante y perdí cerca de tres horas y media tuiteándola, publicándola en Facebook, haciendo check-in en Foursquare, subiéndola a Instagram, Google+ y tantas otras redes de las que soy miembro.

Total, que al final casi no pude ni disfrutar de la vista de lo ocupado que estaba mirando a la pantallita del teléfono. ¿No crees que hay demasiadas redes sociales?

Abel Bueno

Cierto, Iván, hay muchas redes sociales… Pero también hay muchos blogs a los que suscribirse o tiendas online en las que comprar. ¿Nos quejamos entonces porque son demasiados?

Por suerte para todos, muchas redes intentan y consiguen especializarse en ámbitos diversos. Yo no pierdo tiempo ni esfuerzo publicando una foto en Foursquare, sino que lo uso para lo que fue creada, es decir, para compartir los lugares interesantes que visito y opinar sobre ellos. Y créeme: eso lo hace rápida y fácilmente.

No sé… Eso parece más bien la descripción de un mundo perfecto. A la hora de la verdad lo que hace la mayoría de la gente es repetir lo mismo en casi todas las redes: publicar los check-ins y tweets en Facebook, etc.

En el fondo no es mala idea, pues así se combate la fragmentación de los “amigos”: unos en una red, otros en otra. El problema es que así se desvirtúan las redes, convirtiéndolas en meros repetidores y no en un sitio donde compartir contenido fresco e interesante.

Tienes razón, Iván, pero no es un problema de las propias redes sino de los usuarios que aún no han comprendido las posibilidades propias de cada plataforma. ¿Escribirías un tweet con cada mensaje que envías por Messenger? Desde luego, no sería una buena forma de usar ese servicio online.

Además, para filtrar el ruido que se genera en las diferentes redes sociales existen clientes multiplataforma como Seesmic o LiveGO. Al igual que sucede con los clientes multiprotocolo de mensajería, sirven para ahorrar tiempo y esfuerzo recibiendo lo más importante y descartando los mensajes duplicados.

En cuanto has nombrado a los clientes multiplataforma he tenido un deja vù con la batalla de la mensajería instantánea de hace unos años: ICQ, Messenger, Yahoo y AIM. Para poder comunicarte con todo el mundo podías optar por instalarte todos los programas o usar uno como Pidgin o Trillian, que los abarcara todos. Eso sí, ya se sabe que quien mucho abarca poco aprieta, y lo mismo pasa con estos clientes: rara vez convencen y al final acabamos utilizando la aplicación oficial. Las 30, una por cada red.

El mayor problema que veo de que existan tantas redes sociales radica precisamente en su nombre: red social. Como su nombre indica, necesitas de la sociedad para tener una red y, por ende, usarla. Esto provoca que al darte de alta tengas que spamear a tus amigos instándoles a que se den de alta. ¡Sin ellos no puedes hacer nada! Es un círculo vicioso difícil de romper. Además, al final la mayoría de las redes no son más que copias de otras. Hay falta de originalidad.

¿Falta de originalidad? Quizás tienes esa impresión porque la esencia de la comunicación entre las personas es y será siempre la misma. Sin embargo, cada red parte de esa base para diversificarse en infinidad de aspectos nuevos: la inmediatez de Twitter, las recomendaciones en Last.fm o Miso, el talento en LinkedIn, la audiencia localizada en Metroo, Tuenti, Orkut… Son muchas perspectivas como para que una única red social quiera profundizar en todas ellas.

Además, ¿imaginas qué habría sido de Facebook si nadie se hubiese al menos atrevido a destronarlo? La simple existencia de alternativas ha hecho posible muchas características de las que hoy disfrutamos, como Places o las videollamadas... Y no hablemos ya de que la distribución de peso en diversas redes evita el control de nuestros contenidos por parte de una única empresa, con los problemas de dependencia respecto a sus políticas.

Lo último que comentas es una hoja de doble filo, Abel. Si tienes tus valiosos datos personales distribuidos por distintas redes sociales, pierdes el control de qué tienes dónde. Supongamos que tus datos están en una única red y más tarde decides borrarlos. Sólo tendrías que batallar con unos términos de licencia y una solicitud de baja. En cambio, si utilizas activamente varias redes, te adentrarás en una auténtica odisea.

Cuando te das de alta en cualquier sitio, depositas tu confianza en que sus dueños harán buen uso de tus datos, y tomarán las medidas de seguridad necesarias para evitar que alguien se haga con ellos. Resulta lógico pensar que es más seguro hacer una apuesta que cincuenta,  aunque también es verdad que el riesgo es mayor…

El caso que estás planteando (darte de baja en todas las redes sociales a la vez) es el de un “suicidio 2.0” en toda regla y es poco común. Normalmente, si una red social no te gusta y has dado información valiosa en ella, lo que has de hacer es darte de baja inmediatamente y no abandonarla a su suerte. Es un proceso de ensayo y error de lo más común hasta dar con las redes que más se adapten a tus gustos. ¿Que la realidad es distinta y acabamos abandonando estos perfiles? Pues también existen servicios para darlos todos de baja a la vez, sin sufrimiento.

Lo que está claro es que la abundancia o no de redes sociales depende de las necesidades de cada uno: un usuario común no necesita esparcir su información en veinte redes, sino tener a todos sus amigos cerca, en un único lugar; en cambio, un usuario avanzado o empresa que quiere tener presencia en Internet no puede depender de la política de una única red social ya que, al fin y al cabo, necesita llegar a amplias audiencias de muy distinta naturaleza; así que, cuantos más canales tenga para ello, mucho mejor.


¿Y vosotros, qué pensáis? ¿Hay o no demasiadas redes sociales? ¿En cuántas estáis registrados actualmente?

Abel Bueno

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