Policías, bomberos, mineros, transportistas… y ahora, una nueva profesión se une a las clásicas de riesgo: streamer. Sí, puede parecer que estar en casa seis horas al día jugando a videojuegos e interactuando con el chat no conlleva ningún peligro físico más allá de romperse un dedo o cansarse la muñeca, pero cada vez se están retransmitiendo más atracos en directo para aquellos que se atreven a salir a la calle.
Los followers o la vida
En julio fue Jinnytty, una streamer coreana de vacaciones en Ámsterdam a la que dos personas intentaron robar en el bolso mientras emitía en su canal, aunque no se llevaron nada. Tiempo antes fue MeesterKeem el que fue robado despistándole, pero recuperó su cartera poco después. Sin embargo, lo que le ha pasado a Capp son palabras mayores.
El streamer estaba en Toronto junto a otros mientras hacía un directo en Twitch en un vehículo con las puertas abiertas. De pronto, se encontró con una pistola en la cara y el público pudo ver a un hombre vestido de gris diciendo “Dámelo todo”. La imagen se fue a negro, se escuchó un sonido de esfuerzo y, justo después, “Conduce, conduce, conduce. Cierra, cierra, cierra”.
Aparentemente, según contó Capp en Twitter, tuvo tres pistolas apuntándole al mismo tiempo, aunque, por lo visto, solo consiguieron llevarse una cadena de plata para la que los ladrones pidieron 100.000 dólares de rescate… en Instagram. No se sabe si han pagado, pero no es el movimiento más inteligente por parte de los delincuentes, la verdad. ¿Es cuestión de tiempo hasta que le pase a Rubius en un paseo por Andorra o a Ibai por los alrededores de su mansión? Quién sabe.
