Cualquiera diría que es el guion de una película de James Bond, pero no. Si los aterradores informes de la semana pasada son ciertos, Rusia está reviviendo algunas de las ideas más ominosas de la Guerra Fría. Y esto son malas noticias para todos.
Los informes dicen que Rusia planea poner en órbita armas nucleares diseñadas para derribar un gran número de satélites enemigos. Dado que Occidente depende completamente de los satélites para comunicarse, orientarse, recopilar información y hacer la guerra, se trata de una amenaza bastante aterradora. También es una auténtica locura.
Motivos para no hacer realidad esta idea nunca
En primer lugar, desarrollar, desplegar y probar este tipo de armas es ilegal según el derecho internacional. Los tratados pueden ser lo último en lo que piense un Estado decidido a lanzar armas nucleares. Romper esos tratados significa que los demás tampoco están obligados a cumplirlos, y si los demás tienen una capacidad espacial mucho más avanzada, eso puede no salir muy bien.
Luego está la razón por la que existen esos tratados: las armas nucleares espaciales funcionan, y funcionan demasiado bien. Se pueden construir todo tipo de armas antisatélite convencionales que pueden inutilizar el hardware que no te gusta.
Los satélites asesinos que merodean hasta que son necesarios resultan ser una mala idea. La mecánica orbital dificulta, ralentiza y encarece las maniobras de aproximación de un objeto en órbita a otro, sobre todo si este no está dispuesto a cooperar.
Es mejor lanzar los misiles desde tierra o desde un avión, ya que ambos tienen la ventaja añadida sobre los activos en órbita de que no están flotando en el espacio en una órbita conocida para que el enemigo los vea 24 horas al día, 7 días a la semana. Los satélites no son resistentes: una pequeña explosión suele bastar para que pierdan el rumbo.
Lo sabemos porque los americanos lo probaron: Telstar, el primer satélite de comunicaciones del mundo. Enviado al cielo en 1962, era una pelota de playa brillante que realizó las primeras transmisiones transatlánticas de televisión en directo del mundo. Pues bien, fue inutilizado sin querer por una bomba espacial americana llamada Starfish Prime que explotó a miles de km de distancia, en tierra.
Sea como sea, mandar bombas nucleares al espacio para amenazar a otros países para una idea realmente mala y esperamos que nunca llegue a producirse esta situación. Por el bien del futuro de la humanidad.