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Analizamos la PlayStation Portal, el reproductor de Sony para jugar a la PS5 donde quieras

Cara a cara con el último hardware de Sony

Analizamos la PlayStation Portal, el reproductor de Sony para jugar a la PS5 donde quieras
Chema Carvajal Sarabia

Chema Carvajal Sarabia

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Cuando la anunciaron, hace unos pocos meses, muchos no acabamos de ver la utilidad de un cacharro que tan solo era un reproductor de PS5. Sin posibilidad de funcionar de forma autónoma. La PS Portal solo hacía de espejo de tu consola… siempre y cuando tuvieras una buena conexión a internet.

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Tras pedírsela a Sony de lanzamiento, estos nos la mandaron hace unos días con una sola misión: poner a pruebas y dar nuestra opinión sobre el aparato. Ahora, tras una semana usándola a diario, tenemos mucho sobre lo que hablar.

PlayStation Portal es un aparato mucho más complejo de lo que puede parecer en un primer momento y traer un análisis de calidad va a llevarnos un rato. Así que poneos cómodos, queridos lectores.

Un aparato a la altura de la marca Sony

Empezamos por el principio: ¿qué tan bien está construida la PS Portal? El reproductor de Sony es, en primera instancia, un gadget. Y como tal debemos analizarlo. Es decir, toca hablar de su calidad de construcción, su feedback en las manos.

Y aquí podemos decir, sin miedo alguno, que por algo Sony lleva liderando el sector tecnológico desde hace más de tres décadas. Desde el mismo momento en que sacamos la PS Portal de la caja podemos apreciar el mimo y la calidad del aparato.

Visualmente, la PlayStation Portal es un mando DualSense partido por la mitad y una tablet uniendo ambos trozos. Lo parece en fotos y lo parece una vez la coges con tus propias manos.

Pero la calidad de los materiales y los componentes es sublime. El plástico es de calidad, con texturizado para un buen agarre, la tablet es realmente finita y bien terminada, y por mucho que la manipules no cruje.

Y es ligera, bastante. 529 gramos pesa y esto en las manos es bastante poco. Sobre todo si tenemos en cuenta que la pantalla es de 8 pulgadas (bastante más grande que la Nintendo Switch) y que tiene una batería de 4.370 mAh.

Las entradas que tiene, es decir, el puerto de carga y el jack para auriculares se encuentran en la parte trasera, colocados de una forma que puede parecer antinatural, pero que una vez los usas descubres el porqué de colocarlos ahí (incómodos para enchufar, cómodos para usar mientras juegas).

No se nos ocurre un aparato que consiga mejor trasladar la sensación y la experiencia de jugar en el sofá y se lo lleve al terreno de lo portátil que esta PlayStation Portal. Es, literalmente, jugar a tu PS5 donde quieras. Al menos en sensaciones, porque ahora viene la realidad de un equipo que solo funciona conectado a internet.

Una experiencia de juego que nunca ha estado al nivel esperado

El problema que tiene la PS Portal es que, por sí misma, no vale para nada. Es tan solo un mirror (como decimos en el argot), es decir, un espejo de lo que ocurre en tu PS5. Ella sola no vale para nada, ni siquiera funciona como consola en la nube.

El concepto de esta ya lo inventó el tabletomando (como lo llamábamos entonces) de la Wii U en 2013. Y lo más duro es que este funcionaba mejor. En local, es cierto, pero iba realmente bien, sin lag ni caídas de resolución.

La experiencia de la PlayStation Portal depende de cada usuario, por primera en un producto de Sony. De ahí que las críticas sean tan dispares en la prensa en los últimos días. Si bien el sentir general es que este lanzamiento es difícil de justificar.

El reproductor cuesta en España 219,99 euros, lo mismo que una Nintendo Switch Lite + juego de regalo. Y claro, una es una consola real con un catálogo propio y miles de juegos en su potencial biblioteca a los que jugar donde quieras. Y lo otro es un reproductor que precisa de internet para jugar online a tu PS5.

En nuestra experiencia, con WiFi 6 en casa, con la PS5 conectada por cable de red al router y con pocas paredes, la PS Portal ha sido capaz de darnos partidas sin nada de lag, pero con caídas de resolución constantes. Muy pocas veces pudimos disfrutar del juego a 1.080p de resolución.

Juegos como Alan Wake 2, que son muy oscuros, se volvían muy incómodos de jugar, puesto que las zonas oscuras a baja resolución se traduce en píxeles negros grandes y molestos. Tan solo cuando estábamos quietos conseguíamos que la PS Portal funcionase a su máxima resolución.

Es posible que el tener la cocina integrada en el salón produzca interferencias por culpa de los electrodomésticos, por romper una lanza en favor del reproductor. Pero cuando nos alejábamos del salón, apenas a dos metros del router y con un solo muro de por medio, la situación era la misma.

También probé la consola en casa de mis suegros, con WiFi 6 y en un despacho sin interferencias claras. En esta situación, la PS Portal nos dio un rendimiento un poco más constante, más sólido en cuanto a resolución.

Pero, en ningún caso, como debería ir un producto de más de 200 euros que tan solo tiene un trabajo que hacer: reflejar la señal que sale de mi PS5.

PlayStation Portal imagen HD

Conclusiones de un aparato muy difícil de encajar

Con una experiencia así, como podrás comprobar, es difícil recomendar el producto. Y más teniendo en cuenta el precio del hardware.

Si apenas hemos tenido momentos en los que el reproductor daba todo su potencial, pese a estar en casa con conexión estable vía WiFi y con 1 Gbps contratado, está claro que la PS Portal no debe hacer un buen trabajo en lugares públicos. Es decir, olvídate de jugar en el metro, autobús o aeropuerto.

La PS Portal parece pensada para usar exclusivamente en casa, lo que limita mucho su utilidad, pero también es verdad que en determinados hogares la televisión siempre está ocupada, lo que significa que una PS Portal puede ser la salvación para esos miles de jugadores que no pueden disfrutar de jugar con su PS5 a diario.

Chema Carvajal Sarabia

Chema Carvajal Sarabia

Periodista especializado en tecnología, entretenimiento y videojuegos. Escribir sobre lo que me apasiona (cacharros, juegos y cine) me permite seguir cuerdo y despertarme con una sonrisa cuando suena el despertador. PD: esto no es cierto el 100 % de las veces.

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