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Más piñatas

Pierre

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Acaba de aterrizar el primer gran hit de Microsoft para la temporada otoño-invierno. Se avecinan grandes éxitos en Xbox 360 pero estrenamos septiembre con la segunda parte de Viva Piñata, esta vez con aún más problemas en el paraíso

Microsoft y Rare aliaron fuerzas para publicar en noviembre del 2006 uno de los juegos más carismáticos de todo el catálogo de Xbox 360. Viva Piñata era su nombre y tenía un apartado visual claramente infantil, un diseño artístico totalmente extravagante y mezclaba estrategia con fetichismo “a lo Pokémon” en partes iguales. El resultado: Un entretenido juego, apto para toda la familia pero tremendamente desafiante.

Viva Piñata se nutría de todas las ideas de los juegos de coleccionismo (subgénero encabezado por el mundo Pokémon) y lo empaquetaba bajo un juego de estrategia y construcción de jardines bien resuelto en general. El resultado fue un éxito de ventas y crítica que pusieron de manifiesto el buen hacer de Rare en esto de los videojuegos.

Posteriormente vimos un “spin-off” del juego original llamado Party Animals, en el que los mini-juegos eran los protagonistas. Un juego orientado al juego familiar pero que esta vez no acabó de cuajar. Quizá fueron las prisas, o quizá el vano intento de reaprovechar tacañamente la base de juego de Viva Piñata para vender una idea de bajo coste. No, Party Animals no fue lo esperado, pero sí que afianzó la asociación Rare-Piñata-Xbox, gracias a la cual hoy podemos disfrutar de la auténtica secuela de Viva Piñata.

Si algo funciona…
Trouble in Paradise no pretende revolucionar el juego original. Esto queda patente desde el primer momento de juego. Los que disfrutaron con el primer título descubrirán que la base jugable de Viva Piñata apenas ha cambiado en estos casi dos años de diferencia. Y es que los chicos de Rare pensaron que si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?

Encubierto con un nuevo argumento cuya única excusa es redescubrir otra vez a las piñatas, encontramos un juego visual y jugablemente idéntico al anterior. De hecho si ya has jugado al anterior es perfectamente posible ponerse a jugar en Trouble in Paradise y avanzar mucho en la creación del jardín y cuidado de piñatas hasta descubrir (o necesitar) las novedades.

Pero para los que no pudieron disfrutar del primero, haremos una breve introducción. El objetivo en Viva Piñata es crear un bonito y atrayente jardín. Tendremos las herramientas necesarias para crear diferentes tipos de superficie (hierba, arena, piedras, nieve..), cavar agujeros, plantar muchos tipos de flores y plantas, crear pequeños estanques de agua, o podremos comprar todo tipo de decoración y adornos para hacer de nuestro jardín el más bonito del lugar.

Un hermoso jardín atrae a las piñatas, que se quedarán a vivir en el jardín si cumplimos sus exigencias. Éstas pueden variar entre tener en el jardín un determinado tipo de planta, que se coman a otra piñata, o tener una decoración concreta. Cada piñata es un mundo y exige diferentes cosas para ser domesticadas.

Con la piñata ya residente tendremos que cuidarla para que esté feliz, darle de comer lo que le gusta, alejarla de sus piñatas enemigas y, por supuesto, aparearla. Con dos piñatas en el jardín podremos intentar enamorarlas (cumpliendo otro tipos de requisitos), y si lo cumplimos tendremos descendencia de esa piñata.

Esta es la base troncal del juego, desde donde la jugabilidad evoluciona dependiendo de nuestra imaginación.

Jardineando…
Crear los jardines en Viva Piñata no es un proceso en esencia difícil, pero sí que es laborioso. Gracias a los diferentes comandos del mando de Xbox podremos acceder a nuestras herramientas, como la pala, las superficies y la regadera. Con ellas modificaremos el terreno del jardín para hacerlo de un modo u otro. Podremos crear un jardín donde el agua domine la vista, o hacer algo más parecido a una playa, o a una jungla. Lo que prefiramos, pero dependiendo del tipo de jardín atraeremos un determinado tipo de piñatas, y otras sencillamente ni se molestarán en visitarnos.

Como decíamos el proceso de creación del jardín es laborioso. Esto es porque Rare no ha cambiado este molesto aspecto del juego y hay muchas cosas que tendremos que hacer una a una. Por ejemplo, plantar flores es tremendamente engorroso porque tenemos que coger la semilla y plantarlas una a una. Si además queremos cambiar el tipo de flor, tenemos que acceder al menú rápido, elegir la semilla, plantar, volver a acceder al menú, elegir, plantar.

Muchas de las herramientas del juego vuelven a repetir este tortuoso sistema. Regar las plantas con la regadera o eliminar obstáculos con la pala es igual de laborioso. Claro que a medida que avancemos en el juego estas herramientas mejoran y permiten ir más rápido, pero aún así sigue siendo molesto.

Para mejorar nuestro jardín tendremos que comprar objetos y superficies diferentes. Para ello accederemos a las tiendas del juego regentadas por personajes cada cual más bizarro que el anterior. Tendremos de todo tipo, desde la tendera que vende y compra cualquier objeto, pasando por el constructor de casetas piñata, un bar donde contrataremos ayudantes, o una cazadora de piñatas, entre otros.

En Trouble in Paradise se conservan la mayoría de objetos que vimos en el primer juego, pero también hay nuevos, tanto para las piñatas como para el jardín. Por ejemplo, tendremos juguetes, como trenes, barcos, pistas de baile o instrumentos musicales. Todo con tal de que nuestras piñatas sean felices.

El cuidado del jardín nos llevará la mayoría del tiempo de juego. Tenerlo todo organizado a la par que bonito es difícil. Luego tenemos las malas hierbas que pueden crecer en cualquier momento y que son muy molestas. Las plantas se mustian si no estamos al tanto, y las piñatas se las comen cuando no miramos. Tener un control de todo es ciertamente difícil a medida que avancemos en el juego.

… y piñatizando
Las piñatas son las auténticas protagonistas del juego. Esta vez tenemos 28 nuevas especies de piñatas, que suman un total de 88 tipos de piñatas diferentes. Entre las nuevas podremos ver a la mariquita Bispotti, el ciervo MooJoo, el cangrejo Custacean o gorila Sarsgorilla. La imaginación al poder, y si en el primero ya teníamos una gran cantidad de vistosas y curiosas piñatas, esta vez tanto el número como la calidad de los diseños son digno de elogio.

Domesticar, cuidar y tener felices a las piñatas tampoco es fácil, aunque es más automático que mantener el jardín. Una vez residentes, las piñatas tendrán su nivel de Golosinidad que, en esencia, indica su nivel de felicidad. Cuanto más felices son, más golosinas tienen en su interior y mayor valor adquieren. Para aumentar la Golosinidad tendremos que darles un nombre, vestirlas o darles de comer lo que más les gusta.

Las piñatas se pelearán entre sí, cada una tiene sus especies enemigas, y hay una cadena alimenticia que indica quien se come a quien. Cuando hay una pelea, una piñata quedará malherida y deberemos curarla llamando al médico. También podemos enseñarles trucos, esto es nuevo en Trouble in Paradise. Cuando comen algo que les gusta mucho hacen una pirueta o un divertido baile, si en ese momento le damos un toque con la Vara de Trucos la piñata lo aprenderá y lo repetirá cuando nosotros queramos. Una piñata con trucos aprendidos aumenta considerablemente su valor si decidimos venderla.

Cuando tengamos dos piñatas de la misma especie en el jardín podremos enamorarlas y hacer que tengan descendencia. Para ello tendremos que cumplir unos requisitos previos, entre los cuales será tener una casa propia en el jardín. El cortejo previo al apareamiento se presenta en forma de mini-juego, donde tendremos que guiar a una de las piñatas hacia su enamorada, recoger un mínimo de corazones repartidos por el laberinto y evitar las bombas que nos quitarán energía. Cuando cumplamos con todo, las dos piñatas ser irán a su casa y al poco aparecerá su descendencia.

En general es importante tener cuantas más piñatas mejor, bien para venderlas y ganar dinero, bien para enviarlas en los desafíos de Langston. Por cierto, estos desafíos serán pequeñas misiones en las que tendremos que conseguir una piñata en concreto, aumentarles la Golosinidad y enviarlas a una fiesta. Serán pequeñas misiones que aumentan en dificultad a medida que avance el juego.

Muy pocas novedades la verdad
Aunque haberlas haylas, las novedades de Trouble in Paradise no afectan al desarrollo del juego, que se queda igual que antes pero ligeramente aumentado.

El principal cambio es que ahora, además del jardín principal, tendremos dos nuevos escenarios, Piñártico y Desierto Dulce, ambientados en la nieve y en el desierto. En cualquier momento podremos ir a estas dos zonas, pero no construiremos un jardín, aquí sólo podremos cazar esas especies de piñatas exclusivas de la zona. Para ello utilizaremos un sistema de trampa y cebo que dejaremos en el suelo a la espera de que pique alguna. El proceso para cazar es engorroso y no siempre fructífero.

De vuelta en el jardín principal podremos descubrir que tres amigos más pueden meterse en la partida a través de Xbox Live y ayudarnos en el cuidado del jardín y piñatas. Por desgracia el modo multijugador se ha quedado en algo anecdótico, ya que los jugadores secundarios sólo podrán realizar un mínimo de acciones, dejándonos a nosotros la tarea de comprar material, enamorar piñatas y cumplir objetivos.

Otra de las novedades es el modo Jugar por Diversión. En este modo crearemos un jardín nuevo sin objetivos por cumplir. El dinero será infinito, no aparecerán piñatas malignas, no hay malas hierbas y el cuidado de piñatas es más fácil. La idea es crear un Eden Piñata donde la única limitación es nuestra imaginación.

Trouble in Paradise soporta la cámara Xbox Live Vision de un modo innovador. Tendremos Tarjetas Piñata con un código en su lateral que la cámara leerá para desbloquear al instante ese contenido en el juego. Este sistema nos permitirá tener en nuestro jardín nuevas piñatas que el juego no contiene, o intercambiar tarjetas sólo por coleccionismo. Las tarjetas también pueden tener nuevos objetos y juguetes para el jardín, así que pueden dar mucho juego.

La idea de Rare es distribuir estas tarjetas de forma gratuita por las revistas del sector, además todos los juegos tendrán alguna tarjeta en su interior. Aunque original, tenemos serias dudas de que el sistema perdure en el tiempo y, sin el soporte adecuado, puede quedar en el olvido en pocos meses.

Apartado gráfico tampoco ha evolucionado
Aunque el aspecto visual de Trouble in Paradise se nota más pulido respecto al anterior juego, lo cierto es que los cambios gráficos son mínimos. Hay más colorido en general (aún más), y la iluminación ha mejorado levemente. También los fondos son ahora más detallados y espaciosos, nos dan más sensación de libertad, siendo mucho menos claustrofóbico que el primero.

Aparte de las nuevas piñatas, personajes y objetos nuevos, gráficamente no hay cambios notables. Eso no quiere decir que el juego no luzca bien, porque es al contrario. Rare sabe exprimir la máquina de Microsoft y tenemos en Trouble in Paradise un apartado gráfico notable.

El colorido dota al juego de mucha alegría, y las piñatas tienen un detalle muy acusado que se nota cuando hacemos zoom en ellas. De hecho, cuando aumentamos la cámara podemos apreciar detalles muy buenos, como la textura del césped, las grietas de la madera, el efecto bump-mapping de las superficies o el papel de seda de las piñatas. Todo creado con gran maestría artística.

Las piñatas tienen unas animaciones perfectas y están cargadas de personalidad. Las piñatas antiguas tienen más animaciones, pero en general se mueven igual que antes (como es de esperar). Las piñatas nuevas son muy originales y no desentonan con el resto, como si siempre hubieran estado ahí.

Cada vez que hay un acontecimiento nuevo, y no se ha dado anteriormente, veremos una cinemática de unos 30 segundos. Por ejemplo, cuando aparece una piñata nunca vista, se presenta un nuevo personaje, cuando dos piñatas se enamoran por primera vez, etc. Al igual que ocurría en el primer Viva Piñata, estas animaciones no podremos saltárnoslas, siendo generalmente muy molestas porque cortan el curso de la acción. Sobretodo es agotador en las primeras horas de juego, que es cuando aparecen más piñatas nuevas o cuando provocamos situaciones nunca vistas, encadenando 4 y 5 animaciones una detrás de otra.

Por último, hemos encontrado en Trouble in Paradise un sistema de menús igual de engorroso que antes. Sí que se ha aligerado la carga y es ligeramente más rápido el acceso al menú o a las tiendas, y también es cierto que algunas acciones tiene accesos directo a través de los botones del mando, pero no es suficiente. Los procesos de compra, construcción de edificios, poner trampas, elegir desafíos y todo lo que tenga relación con el menú X es lento, desordenado y fatigoso.

Conclusiones
Trouble in Paradise no es una secuela real de Viva Piñata. Más bien es una actualización con un mayor de número de piñatas para coleccionar, esas 30 piñatas nuevas se notan y le dan más variedad al juego. Y los desafíos dan un punto extra al desarrollo del juego, lo mismo que el Modo Libre, muy interesante si sólo queremos pasar el rato sin complicaciones.

Unos pocos personajes nuevos, dos zonas nuevas donde jugar, un modo multijugador no tan novedoso, un sistema de tarjetas para añadir cosas al jardín… no, en general Trouble in Paradise no tiene tantas novedades como puede esperarse, pero aún así sigue siendo igual de divertido de jugar que el primero.

Este es un juego de construcción, estrategia y coleccionismo, y no todos los jugadores estarán dispuestos a pasar horas delante de la pantalla criando piñatas, pero los jugadores que sí quieran hacerlo encontrarán en Trouble in Paradise un buen juego, a pesar de sus (pocas) carencias. Divertido, variado y desafiante cuando se alcanza un cierto nivel.

Lo mejor
– Más piñatas que antes
– Desborda alegría
– Desafío en niveles superiores

Lo peor
– Menús igual de engorrosos
– Cinemáticas molestas
– No tantas novedades como promete

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