Amazon ha comunicado esta semana que abandonaba sus planes de comprar iRobot, el fabricante del aspirador robótico Roomba, después de que los reguladores expresaran su preocupación sobre el posible perjuicio a la competencia. El gigante del comercio electrónico tendrá que pagar a iRobot un cargo de rescisión de contrato de 94 millones de dólares.
El anuncio es una señal más de los grandes ajustes que están llevando a cabo Amazon y otras compañías tecnológicas de todo el mundo como resultado del endurecimiento de las regulaciones y los controles a nivel mundial (especialmente en la Unión Europea), hasta el punto de cambiar por completo sus prácticas empresariales, sus productos y sus políticas.
Amazon afirma en su comunicado que los “obstáculos regulatorios desproporcionados” hicieron que se apartara del acuerdo, anunciado en 2022. Los productos de IRobot, que también incluyen fregonas robóticas y purificadores de aire, iban a unirse a una creciente lista de productos de domótica de Amazon, como los sistemas de seguridad doméstica Ring y los altavoces inteligentes Echo.
La compañía dijo que, en vez de restringir la competencia, el acuerdo habría dado a iRobot más recursos para competir con otras empresas de robótica. “Este resultado negará a los consumidores una innovación más rápida y precios más competitivos, que estamos seguros habrían hecho sus vidas más fáciles y agradables”, dijo en el comunicado David Zapolsky, vicepresidente senior y consejero general de Amazon.