Por fin está aquí. Ahsoka, la serie más esperada de Star Wars, acaba de llegar a Disney Plus. Después de años esperando a que Ahsoka Tano, la Jedi creada por Dave Filoni en The Clone Wars, tuviera su oportunidad en acción real, finalmente podemos disfrutar de ella a través de la gran interpretación de Rosario Dawson.
Ahsoka ha llegado por partida doble: a través de dos episodios que sirven de prólogo para una serie que ya ha mostrado contar con los mejores ingredientes de Star Wars. Guerra, política, magia, acción, aventura y misterio se unen de una forma única en estos dos primeros capítulos, y lo ha hecho como una mezcla perfecta entre las series que todos conocemos ya sobre el universo de George Lucas y las propias películas originales.
Parte uno: el rumor de una nueva guerra
El primer episodio de Ahsoka comienza, como debería hacerlo todo producto audiovisual de Star Wars, con un mensaje introductorio que te pone en contexto de lo ocurrido. Básicamente, el Gran Almirante Thrawn está desaparecido por el universo, y hay dos bandos que lo buscan para hacerse con él. Por un lado, los soldados de la República y antiguos rebeldes, que cuentan con Ahsoka en sus filas, quieren hallarlo para detenerlo y acabar con él. Y, por otro, un grupo de Imperiales con gran poder también siguen su pista para declarar una nueva guerra.
Ya al principio de este capítulo se desbalancea la situación. Si bien la República tiene detenida a Morgan Elsbeth (Diana Lee Inosanto), una de las principales instigadoras de la revolución imperial, pronto es liberada por sus compañeros Baylan Skoll (Ray Stevenson) y Shin Hati (Ivanna Sakhno), Siths que controlan la Fuerza y establecen una relación entre ellos similar a la de un Jedi con su Padawan.
Mientras tanto, Ahsoka vive una especie de aventura a lo Indiana Jones en un planeta perdido, donde descubre el mapa que le puede llevar hasta el lugar en el que se oculta Thrawn. Pero solo hay una persona que puede ayudarle a descifrar su significado oculto: su antigua aprendiz Sabine Wren (Natasha Liu Bordizzo).
Pero quienes hayan visto Rebels ya sabrán que Sabine no es fácil de llevar, y en Ahsoka lo han dejado muy claro. Ya en su primera escena aparece como una estrella del rock que se niega a dar un discurso huyendo a toda mecha con su moto espacial, y tras años sin ver a su Maestra el reencuentro no es tan llevadero como se esperaría.
Aun así, Sabine acaba llevándose el mapa y descifrándolo… solo para recibir el ataque de Baylan Skoll cuando está a punto de atar los cabos que faltan. El ataque del antiguo Jedi y su compañera provocan que acabe con una herida de gravedad al ser atravesada por un sable láser. Y, por supuesto, se llevan el mapa.
Parte dos: Jedi y Padawan, de nuevo unidas
Si el primer capítulo comenzaba con un aire de esperanza y aventura, el segundo lo hace de una manera más trágica y con todo perdido. Sabine acaba de caer en combate, y Ahsoka la visita mientras se recupera en el hospital de su profunda herida. Es allí cuando comienza a entenderse la relación entre ambas: las dos son orgullosas y no dan su brazo a torcer, pero también se tienen un profundo respeto y saben que se necesitan mutuamente.
Durante todo este segundo episodio, Ahsoka y Sabine van estrechando su relación, y van entendiendo poco a poco que deben trabajar juntas. Mientras Sabine quiere encontrar a Ezra Bridger gracias al mapa que perdió, Ahsoka busca evitar una guerra y preservar la paz en la galaxia. Ambas, en realidad, quieren lo mismo, pero les cuesta estrechar relaciones por culpa de su orgullo.
La acción, de igual forma, no cesa. Ahsoka encuentra en el hogar de Sabine la cabeza de un droide que puede tener la clave del paradero de sus enemigos, y estos villanos, por su parte, comienzan a explorar el mapa para liberar por fin al Gran Almirante Thrawn sobre el que parece estar el destino de la galaxia. Finalmente, Ahsoka marcha junto a la general Hera Syndulla (Mary Elizabeth Winstead) a un astillero, y tras un motín por parte de antiguos imperiales descubren que están más cerca de lo que creían de sus enemigos.
Finalmente, llega el momento de acabar con el prólogo. Sabine se corta el cabello como acostumbra, coge su casco de Mandaloriana y marcha junto a Ahsoka a enfrentarse a sus enemigos. Jedi y Padawan están juntas de nuevo, y esta vez con el poder femenino más presente que nunca para vencer a un enemigo que parece no tener fin.
Conclusiones generales
Sin duda, los dos primeros capítulos de Ahsoka sirven para establecer a la perfección las bases de la serie y dejan claro que se trata de una de las ficciones de Star Wars mejor pensadas, más planificadas y con más que decir sobre el universo de Lucas. Filoni ha hecho un trabajo brutal partiendo de la base de sus anteriores series animadas, y se nota que el clímax al que se dirige va a ser de proporciones épicas.
Como punto negativo, sí que se pueden destacar un par de detalles. En primer lugar, en ocasiones falta contexto sobre los sucesos anteriores. Si bien todo está en Clone Wars y Rebels, la idea era que la serie se pudiera disfrutar de manera independiente. Y puede hacerse, pero hay una sensación constante de que necesitarías saber más de lo que sabes.
Además, el prólogo en ocasiones se hace excesivamente largo. Dos episodios completos en los que se da vueltas sobre una misma idea parece algo excesivo para una serie que promete acción y aventura por doquier. Pero esperemos que todo esto cambie con el tercer capítulo.
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