Pena. Esta es, quizás, la palabra que más he repetido tras jugar al port realizado para PC de The Last of Us Parte 1, remake del juego original que se lanzó durante el pasado mes de septimebre. No voy a entrar a debatir si ese remake del juego de Naughty Dog era más o menos necesario -es un debate ya obsoleto y que no viene al caso-, sino a cómo se ha perdido una oportunidad de oro para los jugadores de PC por un pésimo port realizado.
Como decía antes, la palabra es pena. Lástima, quizás. O tristeza, si me apuras. Porque The Last of Us es un juego que ha cautivado a millones de personas en todo el mundo, muchos más tras el exitazo de su serie en HBO. Me he pasado este juego un total de 8 veces desde el año 2013. Tenía muchas ganas de que llegara al mayor número posible de jugadores, pero la versión para PC es todo lo contrario.
Esta versión, desarrollada por Iron Galaxy y Naughty Dog, es un desastre. Sin paliativos. Como dato absurdo, sólo en compilar los shaders estuvo 26 minutos cronometrados de reloj en el menú principal. Si el equipo fuera antiguo se entendería este tiempo, pero se ha probado The Last of Us Remake con una RTX 3090, 32 GB de Memoria RAM y un procesador Ryzen 9 5900X-12. Lo que quiero llegar a decir: es un equipo de gama alta, de ahí que sean comprensibles las críticas de usuarios que han estado durante más de una hora compilando shaders en aquellos PCs que tienen especificaciones más bajas.
Una vez se terminaron de compilar, lo más destacado en sí del port es lo mal optimizado que está. Como muestra para ejemplificar esto, la métrica de valores registrados a continuación: la gráfica consumía casi 350 W, con una temperatura máxima de 80 grados. Son guarismos altísimos. Por mucho que el juego se estuviera ejecutando en Ultra en casi todos los apartados, nunca había experimentado estos números con este equipo. La CPU, además, se iba en algunos puntos hasta los 88 grados.
Una vez compilados los shaders, cabe resaltar que durante la hora que jugamos no tuvimos el gran problema de los mencionados el día de lanzamiento: los crasheos. Al fin y al cabo, hay que matizar que se ha podido probar The Last of Us Parte 1 con el parche lanzado de urgencia por la compañía, ese que soluciona algunos de los errores de cierre del juego. Eso sí, otros como el stuttering seguían presentes, lo que hacía algo difícil jugar de manera fluida. Debido a los valores que estaba mostrando el PC, lo mejor que se pudo hacer es quitar el juego ante el riesgo de que terminaran sufriendo los componentes.
Con todo esto tras de sí, la pregunta es tan simple como sencilla de responder: ¿merece la pena hacerse con el port de The Last of Us Parte 1 para PC? Y la respuesta es un rotundo “no”. Un juego de este calibre, la vaca sagrada de PlayStation en estos momentos, no puede permitirse tener una versión así.
Lo más probable es que esta entrega no pare de sacar actualizaciones a corto plazo -de hecho, en el momento que se escribe este texto, Steam cuenta con una nueva actualización-. Su optimización es nefasta, continúa con varios de los problemas de día 1 y sólo podemos recomendar que se espere a la hora de comprarse. En un futuro estará bien, por supuesto, ¿pero cuánto ha quedado dañado ya esta versión por su pésimo trabajo?
Ahora mismo, en un universo alternativo, este texto estará lleno de vítores y odas por contar con la mejor forma de jugar a The Last of Us en la última década. Sin embargo, estamos en este universo y nos ha tocado sufrir la peor de todas las versiones, una que no es digna de la aventura de Joel y Ellie. Una que nunca debería haber salido.
Algunos de los enlaces añadidos en el artículo forman parte de campañas de afiliación y pueden representar beneficios para Softonic.
