El iPhone, uno de los dispositivos más emblemáticos del mundo, ha ganado el reconocimiento mundial no solo por su rendimiento, potencia o por su sistema operativo, sino también por su inconfundible estética. Desde su presentación en 2007, cada modelo de iPhone ha demostrado un compromiso excepcional con la calidad y el detalle, desde el diseño compacto y minimalista hasta los materiales premium utilizados en su fabricación.
Apple, en su incansable búsqueda de la perfección, siempre ha prestado especial atención al diseño y a los acabados de sus productos. Con cada nuevo iPhone vemos un testimonio del excepcional nivel de detalle y artesanía que Apple pone en sus productos. Algo que da situaciones tan sorprendentes como que solo el acabado de la parte trasera del iPhone tenga más patentes que un televisor.
Un diseño muy específico y una planificación que también se patenta
Tal como recogen en Patently Apple, Apple ha registrado hace poco un total de 56 patentes con un tema central: el acabado de la parte trasera de los iPhone. Sí, ese pequeño detalle, pero característico, sin duda, se lleva páginas y páginas de esquemas, ideas, procedimientos y diseños para hacer que el iPhone se sienta exactamente como eso, como un iPhone.
Entre las patentes a destacar, podemos hablar de la titulada “Chemically Strengthened and Textured Glass Housing Member”, o “Parte de carcasa de vidrio fortalecido químicamente y texturizada”, que ya es un título bastante descriptivo. Lo más interesante llega con una lectura profunda de la patente, que nos habla de una primera capa con cierta rugosidad superficial y luego un revestimiento compuesto unido a ese sustrato de vidrio de aluminosilicato para conseguir el acabado exacto que se busca en el iPhone. Algo bastante complejo para buscar un “simple” acabado, por decirlo de alguna forma.
Y esta no es la primera vez que vemos patentes de este tipo. En más de una ocasión y en alguna entrevista, los ejecutivos de Apple han comentado sobre los procesos de fabricación de los nuevos iPhone. No solo el equipo de diseño se ocupa de buscar la apariencia y el tacto exacto para el producto, sino que en muchas ocasiones tienen que inventar el proceso de fabricación para conseguir esos objetivos.
Si consideramos toda la perspectiva de la enorme cadena de montaje de los iPhone y las cantidades de teléfonos que Apple produce cada semana —más durante los lanzamientos— la tarea aparece titánica. Por algo la compañía ha registrado nada menos que 56 patentes. Patentes que se suman a todas las que ya habrá ido registrando a lo largo de los años.
Invención, y también una garantía frente a las copias
Algo que Apple ve continuamente es como sus diseños “inspiran” a otros fabricantes. Conviene poner las comillas, porque una y otra vez vemos productos de ciertas marcas, especialmente chinas, que parecen los de Cupertino. No es solo la proporción, los colores, es también el diseño del sistema operativo e incluso los nombres.
Sin entrar en que incluso se clonan las presentaciones de la compañía a nivel de la composición de las diapositivas de las keynotes, hay algo que estas empresas no pueden replicar. Y es justamente los procesos de fabricación que Apple tarda meses en crear, ajustar y tener listos para la producción a gran escala de los iPhone.
Las 56 patentes que vemos hoy son solo un ejemplo más de la enorme complejidad que tiene iterar un producto como el iPhone a la escala que lo hace Apple. Mientras esperamos los nuevos iPhone 15 y su mayor batería, queda claro que los diseños y los acabados no son azar, sino el resultado de un largo proceso que consigue entregar exactamente el producto tal como ha sido concebido en los laboratorios de diseño y de materiales del Apple Park.
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