Millie Bobby Brown, la principal protagonista de Stranger Things convertida en una estrella de Netflix con proyectos como Enola Holmes o la reciente Damsel, ha hecho unas polémicas declaraciones en The Sun. Al ser preguntada por sus películas favoritas, ha dicho que en realidad no ve cine, porque “simplemente no puedo sentarme ahí y mirar la pantalla durante tanto tiempo”.
“La gente se me acerca y me dice: ‘definitivamente deberías ver esta película, cambiaría tu vida‘. Y yo me pregunto: ‘¿cuánto tiempo tengo que permanecer sentada ahí?’ Porque a mi cerebro y a mí ni siquiera nos gusta sentarnos para ver mis propias películas”, ha completado.
A la Gen Z no le interesa el cine… ni las series
A pesar de ser una declaración sin más, teniendo en cuenta que es una de las actrices del momento y que levanta tanta admiración entre su público, está claro que no puede pasar desapercibida. Al fin y al cabo, si a la protagonista de estos éxitos no le gusta el cine, ¿a quién le iba a gustar?
La problemática, sin embargo, no es solo suya, sino de toda su generación. La Gen Z tiene cada vez menos retentiva audiovisual, y lo que antes se dedicaba a ver cine y series ahora se está sustituyendo por otro tipo de formatos como vídeos de TikTok u otras redes sociales. Esto puede acabar derivando, evidentemente, en una crisis del cine tal y como lo conocemos.
Según datos oficiales, las películas o series solo representan el 10% de la actividad digital de los más jóvenes, en detrimento de un 26% de los videojuegos, un 14% de la música o un 11% de, simplemente, scrollear en redes sociales.
Las declaraciones de Millie Bobby Brown dejan claro que los gustos están cambiando, así como los hábitos de consumo, cada vez más centrados en la inmediatez. Sea como sea, en algún momento se tendrá que hacer algo si la tendencia no cambia.
