Se está convirtiendo una tradición semanal tan peligrosa como triste: comprobar cuántos trabajadores han sido despedidos esta vez de la industria de los videojuegos. En solo tres meses de 2024, empresas como Sega, Unity o Electronic Arts han echado a miles de personas mientras, por otro lado, no paran de repetirnos lo bien que va todo en un mundillo que nunca deja de crecer y dar beneficios. ¿Qué es lo que está pasando? Y, sobre todo, en este ambiente… ¿Quién demonios va a querer trabajar haciendo juegos?
Control, Alt, Suprimir Puestos
Por supuesto, hay una explicación racional para este movimiento masivo de las empresas: durante la pandemia contrataron muchísima gente para ayudar a mantener a todo el público que estaba solo en su casa y necesitaba un divertimento. Y ahora que todos hemos vuelto a la normalidad, ha llegado el momento de reducir la plantilla. Pero, claro, hay otra explicación más que no todos quieren oír: los inversores ganan más dinero.
En el mundo de 2024, las decisiones de cualquier industria cultural (cine, televisión, cómics, el que quieras) no salen de las manos de los creadores sino de comités formados por personas que saben mucho de amasar dinero pero muy poco de cultura o, ya puestos, de tratar con humanidad a la gente. Y los videojuegos no van a ser menos: en la lucha constante por tener más billetes que el contrincante, cual Tío Gilito bañándose en su piscina de monedas, están tomando la decisión de dar de lado a los trabajadores.
Esta línea de trabajo se basa en una supuesta hipótesis: siempre va a haber gente que quiera trabajar en el mundo de los videojuegos, por cariño o motivación, aunque sepa que la Espada de Damocles estará eternamente sobre su cabeza. Pero lo cierto es que los “mercados volátiles” (la eterna excusita de las productoras), por lo que sea, no atraen a nuevos talentos, que, puestos a perder dinero, es normal que busquen su lugar en el indie.
Quién sabe, puede que los accionistas tengan razón y en el futuro tengamos juegos de mayor calidad hechos por equipos a los que no les importa este continuo ciclo de despidos constantes. Que, incluso, los que afirman que esto es completamente normal y que se trata solo de despidos tras un “juego grande” no estén errados. Pero, de momento, no serán pocos los que lean las noticias, vean el estado actual de la industria y prefieran meterse a otra cosa más segura y crear juegos en sus ratos libres. Y eso, desde luego, no beneficia en absoluto a nadie… salvo a su creatividad.
