Netflix acaba de dar una gran noticia para los nostálgicos de los noventa: todos los episodios de Las Supernenas estarán disponibles en la plataforma a partir del 26 de septiembre. La serie original, por tanto, pasará a formar parte del catálogo de Netflix y así podremos volver a disfrutar de las aventuras de Pétalo, Cactus y Burbuja. Pero ¿por qué fueron tan populares en su momento? A continuación, os dejamos con su historia.
Una serie adelantada a su tiempo
Las Supernenas (The Powerpuff Girls en inglés y Las Chicas Superpoderosas en Latinoamérica) fue una serie animada que se convirtió en un fenómeno de la cultura pop a finales de los años noventa. La serie fue creada por Craig McCracken y se originó como un cortometraje para el programa What a Cartoon! de Cartoon Network, que buscaba expandir su audiencia y ofrecer contenido diversificado con la intención de dar pie a nuevos artistas de la animación.
La premisa de la serie era única en su época: seguía las aventuras de tres niñas con superpoderes llamadas Pétalo, Cactus y Burbuja, encargadas de salvar el mundo de villanos y situaciones extrañas. Pero, a diferencia de otras series de superhéroes que seguían tramas épicas y realistas, Las Supernenas optó por un enfoque cómico y futurista. Esta elección fue clave para su éxito, ya que ofreció una perspectiva fresca y humorística en un género saturado de historias convencionales.
El programa se destacó desde el principio, siendo el segundo cortometraje más votado en What a Cartoon! después de El laboratorio de Dexter. Su triunfo, por tanto, impulsó su desarrollo como una serie completa. Una vez que se convirtió en un programa regular, Las Supernenas rápidamente se convirtió en el programa más visto de Cartoon Network, y se mantuvo así durante seis temporadas.
Lo que hizo que Las Supernenas fuera tan atractiva fue su conjunto de personajes excéntricos y villanos peculiares. El principal antagonista, Mojo Jojo, era un mono radioactivo con el cerebro expuesto. Otro villano memorable era Él, un diablo andrógino que desafiaba las normas de género, lo que fue un adelanto en la representación de la comunidad queer en la televisión infantil. También se burlaba de estereotipos culturales, como Fuzzy, un oso rosa que satirizaba a los sureños de los Estados Unidos. Además, la serie incluyó personajes extravagantes, como uno que podía controlar cucarachas, lo que añadía un toque absurdo a la trama.
A pesar de su apariencia inocente, Las Supernenas también abordó temas sociales y culturales de manera inteligente. La serie se sumergió en temas que preocupaban a la sociedad estadounidense contemporánea y presentó sátiras y guiños dirigidos al público adulto. Esto la diferenció de otras series animadas de la época y la convirtió en una serie única en su género.
Además, la marca de Las Supernenas no se detuvo en la serie original, sino que continuó expandiéndose con una adaptación al anime y una nueva serie en 2016, que demostraron la duradera popularidad de las heroínas. Con más de 100 episodios, la siguió cautivando a nuevas generaciones de espectadores.
