Las nominaciones de los Premios Oscar de este año están muy reñidas, aunque hay dos películas que compiten de tú a tú por ser la mejor del año: Oppenheimer y Pobres criaturas. Los dos largometrajes cuentan con más nominaciones que ningún otro, y parece que van a liderar en las categorías creativas.
Sin embargo, hay otra película que puede dar la sorpresa y convertirse en la más laureada: La zona de interés. Se trata de la principal competidora de La sociedad de la nieve por ser la mejor película internacional, y cuenta con cinco nominaciones en total. Pero ¿por qué es una película imprescindible?
Por qué La zona de interés merece ganar el Oscar
La zona de interés cuenta la historia de Rudolf Höss (Christian Friedel), el director del campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la película no trata sobre su día a día en el campo de concentración, que parecería lo lógico, sino su vida más allá de estos muros y vallas.
Mientras trabaja en el campo de concentración, Rudolf Höss trata de construir una vida familiar idílica junto a su familia en una casa situada a las afueras del campo. Vemos, entonces, cómo es su día a día más allá de los estragos a los que somete a los reclusos, e indagamos en una vida que cualquiera podría tener en la que sospecha que su mujer le es infiel.
Sin duda, la premisa de la película es lo más interesante, y es que es algo que no hemos visto casi nunca y que es muy necesario hoy día para entender el auge de la ultraderecha en todo el mundo. La reflexión tácita es que todo el mundo puede ser nazi, y bajo la apariencia normativa y casi ideal de vida se pueden ocultar horrores históricos.
Otro de los motivos por los que la película merece la pena es la mirada de su director. No es solo que la historia que cuenta sea interesante, sino que su mirada es única. Jonathan Glazer, el realizador, es conocido por otras obras experimentales únicas como Under the Skin o Reencarnación, y ha vuelto a dirigir después de muchos años parado.
Y si a esto le sumamos el papel que desempeñan los actores del reparto, la película se convierte en una joya imprescindible. Tanto Christian Friedel como
Sandra Hüller y Ralph Herforth están maravillosos en sus papeles, y sin duda la película merece un reconocimiento en los Oscars.
