¿Te gustaría saber cómo es volar dentro de una tormenta eléctrica? Pues eso es lo que han hecho unos pilotos de la NASA durante todo un mes con el fin de estudiar los rayos y los campos de energía que se generan en las nubes.
Para ello, la agencia espacial estadounidense se sirvió del ER-2, un avión del Programa de Ciencia Aerotransportada que puede volar a gran altura, donde las condiciones son extremas. Con esta misión, los científicos esperaban obtener datos que les ayuden a predecir mejor la evolución de las tormentas.
La operación se llevó a cabo en Tampa, Florida, una zona propensa a las tormentas eléctricas. Los pilotos del ER-2 volaron directamente hacia las nubes cargadas de electricidad, equipados con sensores e instrumentos que registraron las características de los rayos y los resplandores.
Estas observaciones, que no se podían obtener desde aviones que vuelan a menor altura o desde satélites que orbitan a una altura muy superior, proporcionaron información de gran valor sobre qué ocurre en los enormes campos eléctricos que pueden producirse sobre nuestras cabezas.
Una investigación que puede salvar muchas vidas
Los rayos son fenómenos naturales que ocurren cuando se produce una descarga eléctrica entre dos puntos con diferente potencial eléctrico. Si bien muchos de ellos se quedan en las nubes, otros llegan a tierra, suponiendo un gran riesgo para los seres humanos.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, solo en Estados Unidos se producen unos 40 millones de rayos al año. Aunque es raro que una persona sea alcanzada por un rayo, el riesgo existe, y puede causar la muerte o provocar daños cerebrales irreversibles.
Además de los rayos, las tormentas eléctricas pueden emitir dos tipos de radiación gamma desde sus campos eléctricos: los destellos gamma terrestres y los resplandores gamma. Los destellos son ráfagas breves e intensas de radiación que ocurren en puntos específicos dentro de la nube, mientras que los resplandores son más duraderos y pueden extenderse por toda la nube.
Los resultados de la investigación permitieron al equipo de la NASA comprender mejor en qué condiciones se producen los destellos de rayos gamma terrestres y el comportamiento de los resplandores de rayos gamma en las nubes de tormenta.
Los datos podrían ayudar a los científicos a predecir cuándo se podría encrudecer una tormenta y proporcionar información con más antelación para mantener a la población a salvo de la amenaza de los rayos.
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