La India está pasando por uno de los peores momentos de su historia espacial. Hace unos meses recogíamos el anuncio de la misión Chandrayaan-3 de la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO), cuyo lanzamiento tuvo lugar el 14 de julio y llevaría a la Luna el módulo de aterrizaje Vikram y el vehículo de exploración Pragyaan.
Todo ocurrió como estaba planeado; el 23 de agosto, Chandrayaan-3 aterrizó cerca del polo sur de la Luna. Tras cumplir con todos sus objetivos principales, se activó el modo reposo tanto del Vikram como del Pragyaan, cuya batería estaba completamente cargada, el receptor se mantuvo encendido y el panel solar se orientó de forma que recibiera la luz del amanecer de este 22 de septiembre, fecha en la que se reactivarían ambos dispositivos.
Pero algo falló. Tras un mes “durmiendo”, la agencia espacial india envió la señal para despertar a Vikram y a Pragyaan, aunque sin éxito. 3 días después, la ISRO no ha cesado en sus intentos por restablecer la comunicación con los dispositivos, y ha anunciado que esperará otros 14 días para recibir su señal.
“No sabemos cuándo despertará. Podría ser mañana, o también el último día lunar. Pero lo estamos intentando. Será un gran logro si el módulo de aterrizaje y el rover se despiertan”, afirmó el presidente de ISRO S. Somanath, en unas declaraciones recogidas por Hindustan Times.
El problema podría residir en las bajas temperaturas a las que han estado expuestas las baterías del Vikram y el Pragyaan en la oscuridad lunar. Con temperaturas de entre -200 y -250 grados centígrados, las baterías de ambos instrumentos se podrían haber visto afectadas, por lo que se espera que puedan reactivarse una vez avance el día lunar y aumenten las temperaturas.
En el mejor de los casos, cuando el Vikram y el Pragyaan reciban los comandos necesarios para que los sistemas “vuelvan a la vida”, el vehículo de exploración comenzará a moverse de nuevo por la superficie lunar y los equipos a bordo del módulo de aterrizaje también repetirán el proceso de recogida de datos.
La NASA experimentó algo similar en agosto, cuando perdió temporalmente el contacto con la sonda espacial Voyager 2. Tras varios días de incertidumbre, la agencia espacial pudo finalmente retomar el contacto con la sonda. ¿Ocurrirá lo mismo en esta ocasión?
