Desde el lanzamiento del iPhone original ha habido una evolución constante en las especificaciones de los teléfonos de Apple. Uno de los puntos que ha evolucionado de forma más clara, dejando de lado las cámaras o el tamaño de la pantalla, es el almacenamiento. Cada vez podemos hacernos con teléfonos con más almacenamiento. De los 4 GB originales hemos pasado a teléfonos de 1000 GB con la gama más alta de los iPhone 15 Pro.
Y aquí surge una de las preguntas que más me hacen durante mis formaciones, ¿qué tamaño es el más apropiado? Depende mucho de qué vayamos a hacer con nuestro iPhone, pero personalmente puedo decir que llevo años comprando todos los iPhone con el menor almacenamiento posible y que eso es lo que recomiendo.
La omnipresencia de la nube es más que un argumento económico
Los servicios en la nube han transformado radicalmente nuestra manera de almacenar y acceder a la información. Plataformas como iCloud nos ofrecen soluciones de almacenamiento flexibles y escalables que se adaptan a nuestras necesidades y se integran de forma totalmente transparente con nuestro dispositivo. La idea de tener todos nuestros datos importantes, desde fotos y documentos hasta nuestras librerías de música y vídeo, accesibles en cualquier momento y desde cualquier dispositivo, es no solo atractiva sino realmente práctica.
Personalmente, he encontrado que el almacenamiento en la nube ofrece una serie de ventajas frente al almacenamiento físico en el dispositivo. La más evidente es la seguridad de saber que no puede perderse nada, pero también hay un motivo económico. Aunque los modelos de iPhone con mayor capacidad de almacenamiento ofrecen la conveniencia de tener todo al alcance de la mano sin necesidad de una conexión a Internet, esta comodidad tiene un precio. Por ejemplo, la diferencia de precio entre el modelo base del iPhone 15 Pro —de 128GB— y la versión de mayor capacidad —con 1000GB— es de 630 euros.
Con estos números en la mano, optar por un plan de iCloud+ para complementar un modelo de iPhone con menos almacenamiento representa un ahorro considerable a largo plazo. Actualmente, el plan de 2 TB en iCloud+ tiene un coste de 9.99 euros al mes, lo que significa que, incluso después de cinco años, el gasto total sería menor que el sobrecoste de optar por un iPhone de mayor capacidad desde el inicio.
El almacenamiento base es más que suficiente para la mayoría
Casi con cada nueva generación de iPhone, Apple ha incrementado la capacidad de almacenamiento base, siendo actualmente de 128GB para el iPhone 15. Esta cantidad es más que suficiente para la mayoría de personas, que no nos dedicamos a la grabación extensiva de vídeos en 4K o al almacenamiento de grandes bibliotecas de juegos, por ejemplo.
Eso sin contar con que iCloud nos ofrece opciones adicionales de almacenamiento que pueden ajustarse según nuestras necesidades. En un momento dado, aunque evidentemente el precio es ya algo a tener en cuenta, podemos almacenar en la nube de Apple hasta 12TB de datos, lo mismo que 12 iPhone con las máximas especificaciones.
Entonces… ¿el menor almacenamiento posible?
Dar recomendaciones en este campo es siempre muy delicado, pues es una decisión totalmente personal, pero hay ventajas en priorizar iCloud en lugar de pagar por más almacenamiento en el iPhone. La sincronización automática asegura que todos nuestros dispositivos estén siempre actualizados con las últimas versiones de nuestros archivos y que no haya posibilidad de que nunca se pierda ninguno. Y funciones adicionales como iCloud Private Relay y Hide My Email (incluso para Apple Pay) nos ofrecen capas extra de privacidad y seguridad en aspectos claves como nuestra navegación o el control del spam en la bandeja de entrada.
Por supuesto, hay situaciones en las que optar por un iPhone con mayor capacidad de almacenamiento tiene sentido. Los creadores de contenido que graban y editan vídeo de manera profesional pueden encontrar que la conveniencia de tener un almacenamiento local amplio supera los beneficios del almacenamiento en la nube. Sin embargo, para el uso diario, incluyendo fotografía, redes sociales, música y aplicaciones, el modelo de almacenamiento base, complementado con iCloud, es más que suficiente.
La estrategia de optar por el iPhone con la menor capacidad de almacenamiento y complementarlo con iCloud no solo es viable, sino que, en muchos casos, es la más sensata desde un punto de vista económico y también práctico. A medida que nuestra vida digital sigue migrando hacia la nube, la necesidad de almacenamiento físico en el dispositivo se reduce. Así, mientras Apple continúa aumentando la capacidad base de los dispositivos, la flexibilidad y la economía del almacenamiento en la nube hacen que esta sea una opción atractiva para muchos usuarios. La clave está en evaluar nuestras necesidades reales de almacenamiento y no dejarnos llevar por la tentación de pagar de más por espacio que, en la práctica, puede que no vayamos a utilizar.
