Google, como compañía de proporciones titánicas que es, trabaja en muchas áreas, pero también en las que están más de moda, como la Inteligencia Artificial. De hecho, tal y como se ha dejado ver en trazas de código, todo apunta a que Google estaría poniendo a punto una IA generativa que funcione como asistente de texto dentro del ecosistema ChromeOS.
¿Y por qué revolucionaria, si ya existen otras IA’s como ChatGPT? Pues, principalmente, porque esta IA estaría completamente integrada dentro de los servicios de Google, pudiendo utilizarse de manera nativa dentro de herramientas como Gmail o Docs, sin necesidad de agentes externos. De este modo, la usabilidad de este servicio sería mucho más satisfactoria.
Enfoque en la productividad personal
Otra diferencia importante de esta IA estaría en el enfoque hacia la productividad personal en tareas cotidianas para poder llevar a cabo acciones en menos tiempo, como escribir un correo electrónico o preparar un documento. Así lo explica 9to5google, quien encontró dichas trazas en el código abierto de Google.
Tampoco se trata de algo nuevo en el ecosistema de Google, si tenemos en cuenta los servicios de productividad que la compañía ha ido añadiendo a sus aplicaciones, aunque algunas de ellas sigan en fase beta. Por ejemplo, el “ayúdame a escribir” que podemos utilizar dentro de Gmail, vendría a ser una versión cercana al actual servicio que implementaría Google en ChromeOS.
Todo poder conlleva sus riesgos
Sin embargo, también hay voces que miran con preocupación estos avances. De hecho, ya hemos visto como ChatGPT ya ha erradicado muchos puestos de trabajo de manera indirecta, ya que muchas empresas velan por la productividad por encima de sus empleados, y esta herramienta les ha servido para maximizar beneficios con una reducción drástica en gastos.
La inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y no cabe duda de que los países deben prepararse para adecuar un marco legislativo para fijar sus límites legales y éticos, especialmente en cuestiones de privacidad y actuación en perjuicio del mercado laboral. Hace unos meses, de hecho, Italia prohibió ChatGPT, y muchas grandes empresas limitan su uso por cuestiones de privacidad o por su escasa fiabilidad.
