Finalmente, Google ha accedido a pagar una multa astronómica (nada menos que 392 millones de dólares) por rastrear la ubicación de sus usuarios sin consentimiento. Como parte del acuerdo, Google estará obligado a informar en todo momento si el seguimiento de la ubicación está habilitado.
Una coalición de abogados de Oregón, Nueva York y más estados (40 en total) empezaron a investigar a Google a raíz de un informe realizado por Associated Press en 2018. Dicho informe reveló que Google realizaba un seguimiento de la localización de sus usuarios sin que estos supieran nada. Por si fuera poco, entre los años 2014 y 2019 Google se dedicó a engañar a sus usuarios y a rastrear la ubicación de los mismos aunque estuviera desactivada . La sanción impuesta ha sido calificada como el mayor pago por parte de una empresa ante una demanda en toda la historia de Estados Unidos.
Google y sus problemas de privacidad
En el informe de Associated Press, se decía que los servicios de Google “espiaban” de igual forma tanto a los usuarios de iOS como de Android, sin importar el dispositivo. Una clara violación de la privacidad que, tras varios años después, se ha visto por fin castigada.
Google, en su defensa, alegó que estas acciones correspondían a “políticas anticuadas” que ya habían sido corregidas. La publicidad es una de las principales fuentes de ingresos de este tipo de compañías y datos como la ubicación sirven para ofrecer anuncios más específicos.
A pesar de la vorágine legal, Google asegura que seguirá mejorando sus servicios para ser más transparente: incluirá un único centro de información donde se mostrará de forma detallada el uso de datos que hace la compañía. También añadirá una nueva opción para desactivar y borrar tu historial relacionado con tu ubicación, tus búsquedas y tu actividad dentro de las aplicaciones.
La fiscal del estado de Oregon, Ellen Rosenblum, acusó a la compañía directamente y manifestó que “durante años, Google ha priorizado las ganancias sobre la privacidad de sus usuarios”. Por otro lado, el fiscal general de Connecticut escribió por Twitter que las personas “necesitan mayor control sobre como se utilizan sus propios datos”.
El acuerdo millonario se produce tan solo un mes más tarde de otro encontronazo legal: Google tuvo que pagar 85 millones de dólares al estado de Arizona por las mismas acusaciones respecto al seguimiento de los usuarios.
