Amazon sigue experimentando con la inteligencia artificial y los chatbots conversacionales. El pasado 1 de febrero, la compañía anunció el lanzamiento de Rufus, un asistente virtual que serviría para ayudar y orientar a los clientes a la hora de comprar cualquier producto en la web.
Sin embargo, lo cierto es que el chatbot no ha demostrado ser muy útil, de momento. Al menos así lo expone The Washington Post, donde advierte que las labores de Rufus dejan bastante que desear.
Según Amazon, “Rufus está entrenado en el extenso catálogo de productos de Amazon, reseñas de clientes, preguntas y respuestas de la comunidad […] para responder a las preguntas de los clientes sobre una variedad de necesidades de compra y productos […] y hacer recomendaciones basadas en el contexto conversacional”. Ahí es nada.
Sin embargo, poca gente puede probar Rufus y dar fe de esas características. Tan solo un grupo seleccionado por Amazon tiene acceso al chatbot y a sus habilidades, que de momento no son nada del otro mundo. Por ejemplo, en uno de los casos, el periodista preguntó a Rufus cuáles serían los mejores guantes de ciclismo para mantener las manos calientes en invierno. En las búsquedas, el bot le recomendó un par de guantes de dedos cortos pensados para climas cálidos.
Y es que llegados a este punto, cabe preguntarse si este tipo de tareas pueden llegar a ser reemplazadas realmente por una máquina. Las capacidades de chatbots como ChatGPT siguen mejorando a pasos agigantados, y no dejan de ser muy útiles para tareas como la de crear resúmenes o escribir código, por ejemplo.
Sin embargo, no son útiles para obtener información objetiva. No suponen una mejora significativa respecto a tecnologías como las de Google, ya que tienden a inventar datos y a sufrir alucinaciones.
