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Yu-Gi-Oh! el juego de cartas (y anime) que se adelantó al éxito de Magic: the gathering

Recordamos uno de los juegos más seguidos de los 2000

Yu-Gi-Oh! el juego de cartas (y anime) que se adelantó al éxito de Magic: the gathering
Juan Carlos Saloz

Juan Carlos Saloz

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A principios de los 2000, una escena se repetía constantemente en los patios de colegios e institutos: un grupo de chavales, agachados o en cuclillas, colocan varias cartas en un tablero improvisado en el suelo. Uno de los jugadores saca una carta tras otra, previendo la victoria, hasta que su competidor sorprende con el imbatible Exodia o con el impresionante Dragón de Ojos Azules Definitivo.

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En ese momento, comienza un debate sobre si «esas cartas son falsas y usarlas es trampa», a no ser que ambos hubieran conseguido sus cartas de Yu-Gi-Oh! con métodos fuera de la legalidad, que por otra parte era una práctica habitual en esa época.

Esta escena puede traducirse como la victoria máxima del merchandising juguetero, con niños capaces de gastarse toda su paga en cartas oficiales de un juego que aparece en televisión y recriminando a otros por comprarse mazos ilegales.

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Un éxito solo equiparable a Pokémon y Digimon

Sin duda, Yu-Gi-Oh! se convirtió en un éxito solo equiparable a Pokémon y Digimon, y lo hizo en su campo particular. Mientras las anteriores series utilizaban el avance tecnológico de la época, con videojuegos y mascotas virtuales como telón de fondo, Yu-Gi-Oh! empleaba algo tan antiguo como único: un juego de cartas que recordaba a los críos que no es necesario una consola para hacer volar la imaginación.

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El 7 de julio de 2009, Yu-Gi-Oh! batió el récord Guinness al juego de cartas coleccionables con más cartas vendidas en todo el mundo, un total de 22.000 millones en todo el globo —y eso sin contar las cartas piratas de las que hablaba antes—.

Después del éxito de Yu-Gi-Oh!, a nadie le extraña que Magic The Gathering —que nació tres años antes— tomara un impulso sin igual en el mercado y se convirtiera en un juego de gran repercusión internacional. Tampoco es de extrañar que el videojuego Hearthstone, también de cartas, sea uno de los eSports con más competidores actualmente. Gran parte de la culpa la tiene Yu-Gi-Oh!, una franquicia que marcó la infancia de millones de niños en todo el mundo.

Prime Video: Yu-Gi-Oh!

El nacimiento de un fenómeno de masas

El fenómeno Yu-Gi-Oh! nació como los animes japoneses clásicos, a través del manga. El 30 de octubre de 1996, la revista Weekly Shōnen Jump de Shūeisha comenzó a publicar el nuevo manga de Kazuki Takahashi. Desde ese año hasta 2004, se publicaron 38 volúmenes de la historia, con un éxito apabullante en Japón.

Como otras tantas series de la eṕoca, nació en plena resaca Dragon Ball, en una airada búsqueda de una historia que hiciera olvidar que Goku y compañía ya habían finalizado sus aventuras. Pero Yu-Gi-Oh! no fue un éxito instantáneo a nivel global, sino que tuvo que esperar cuatro años a que su anime llegara a occidente y sus cartas conquistaran a los críos de todo el mundo.

The Yu-Gi-Oh! manga is much more dark and insane than you might think |  SYFY WIRE

El 4 de abril de 1998, dos años después de que Yu-Gi-Oh! estrenara su manga, en Toei Animation crearon el primer anime basado en la obra. En pleno apogeo de Pokémon, la obra de Takahashi parecía tenerlo todo para triunfar, desde una aventura protagonizada por jóvenes entusiastas hasta un mundo de monstruos y torneos. Sin embargo, de nada sirvió que su manga fuera un éxito. La serie fue un fracaso absoluto de audiencia, provocando que se cancelara el 10 de octubre del mismo año, con tan solo 27 capítulos estrenados.

Pese a este bache, el manga continuó publicándose sin problemas, generando una audiencia estable en el territorio nipón. Pero en pleno año 2000, cuando la pokémanía y la digimanía ya estaban campando a sus anchas, a la productora de animación Studio Gallop se le ocurrió rescatar la historia y creó el anime Yu-Gi-Oh! Duel Monsters

Yu-Gi-Oh! Gets New Anime Series To Celebrate 20 Years Of Dueling

Un anime concebido para el éxito

La serie pasaba por una reformulación de la historia. En el Yu-Gi-Oh! original, el juego de cartas es un elemento que va cobrando importancia a medida que avanza el manga, pero no es el elemento central de todo lo que ocurre. No obstante, en esta serie pasó a ser el motor de la historia, así que se obvió la precuela mística del protagonista Yugi para comenzar in media res de su aventura.

La espectacularidad de los monstruos y los vínculos de amistad entre los protagonistas —tesis de todo anime de la época— provocó que muchos se interesasen en el nuevo producto que llegaba al mercado. Con el terreno allanado gracias a Pokémon y Digimon, los niños occidentales ya estaban preparados para recibir a las criaturas de Yu-Gi-Oh!. Y así, la historia que apenas era seguida por un millón de japoneses, llegó a reventar las audiencias en occidente.

El tono rebajado de Yu-Gi-Oh! y la sencillez de sus mecánicas de juego hacían accesible el fenómeno para cualquiera. Pero su serie no hablaba de un mundo utópico como Pokémon, sino que trasladaba a un inocente juego de cartas una enorme peligrosidad. A través de poderes mágicos extraídos del Antiguo Egipto, un simple juego podía llegar a ser una batalla por poseer el alma de tu rival.

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El mundo de Yu-Gi-Oh! era el mismo que el nuestro —aunque ambientado en un futurible 2007, para así poder incluir elementos tecnológicos mínimamente avanzados—, pero rodeado de un aura oscura que dota de una gran intensidad la acción más inocente.

Para demostrar que era más que un simple juego de cartas, Yu-Gi-Oh! añadió un componente tan místico y lleno de potencial como didáctico: la mitología egipcia.  En el segundo capítulo de la serie, el creador del duelo de monstruos moderno Maximillian Pegasus explicaba el origen de dicho ritual:

En la Antigüedad, los egipcios lo llamaban Juegos Oscuros. Los grandes faraones libraban duelos místicos en otras dimensiones. Como hacemos ahora, pero no con cartas. Luchaban con monstruos y magia de verdad. Eran fuerzas mágicas tan poderosas que los egipcios perdieron su control y casi destruyeron el mundo.

De este modo, desde el origen del anime se planteaba una conexión sine qua non con la mitología egipcia, reforzada a través de bestias basadas en dioses y tradiciones de la Antigüedad, así como de una serie de artefactos que contenían las almas de antiguos faraones.

La sencillez del juego de cartas ha provocado que el tiempo lo desgaste, y hoy día quedan pocos jugadores de Yu-Gi-Oh! que no hayan saltado a franquicias como Magic. Con el anime ha ocurrido igual; han surgido otras series, como Yu-Gi-Oh! GX o Yu-Gi-Oh! BRAINS, que han seguido explotando el fenómeno, pero la saga no ha conseguido prosperar más allá en occidente. Hoy día, el recuerdo de Yu-Gi-Oh! queda resguardado en cajones llenos de polvo donde se ocultan mazos enteros de este juego mágico.

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Juan Carlos Saloz

Juan Carlos Saloz

Periodista cultural especializado en cine, series, cómics, videojuegos y todo lo que tus padres intentaban que evitaras en tu infancia. También director de cine en ciernes, guionista y liante profesional.

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