Llevamos un fin de semana de lío tecnológico, con un despedido fulminante, una tentativa de regreso y un fichaje de última hora. Por eso, lo de Linda nos ha pillado a contrapié. Está el sector bien revuelto.
Después de que IBM, Disney, Apple y otras empresas dejasen de invertir en Twitter, los principales ejecutivos del sector publicitario hicieron un llamamiento pidiendo la destitución de Linda Yaccarino.
La consejera delegada de X, Linda Yaccarino, se enfrenta a su gran crisis de credibilidad por culpa de que los anunciantes ha dejado de gastar por el apoyo de Elon Musk a ciertas guerras y conflictos internacionales.
Una CEO en la cuerda floja… por culpa del dueño
Forbes ha confirmado que Yaccarino ha sido contactada por una oleada de importantes ejecutivos de publicidad que cuestionaron por qué está arriesgando su reputación para proteger el comportamiento de Musk y sugirieron que podría hacer una declaración sobre el racismo y el antisemitismo renunciando.
La semana pasada, Musk apoyó una teoría de la conspiración explícitamente antisemita, y un informe de Media Matters descubrió que anuncios de grandes empresas como IBM y Amazon se habían colocado junto a contenidos que promovían el nazismo y el nacionalismo blanco, lo que llevó a anunciantes como Apple, Disney e IBM a retirar anuncios de la plataforma.
El 16 de noviembre, Yaccarino respondió a la tormenta en un post en X: “El punto de vista de X siempre ha sido muy claro en cuanto a que la discriminación por parte de todos debe parar en todos los ámbitos – creo que eso es algo en lo que todos podemos y debemos estar de acuerdo. En lo que se refiere a esta plataforma, X también ha sido muy clara sobre nuestros esfuerzos para combatir el antisemitismo y la discriminación. No hay lugar para ello en ningún lugar del mundo: es feo y está mal. Y punto”.
El contacto personal con Yaccarino por parte de los principales ejecutivos de la publicidad se produce en un momento en que Twitter lucha por enderezarse bajo la mercurialidad de su propietario y por combatir los contenidos hostiles a los anunciantes que su comportamiento ha fomentado.
Más allá del contenido de odio en sí, fue el incumplimiento por parte de Twitter de otra de sus promesas lo que enfureció tanto a las marcas que retiraron sus anuncios, según dijo una fuente a Forbes.