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6 ejemplos de que los videojuegos son arte

Abel Bueno

Abel Bueno

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Los videojuegos se han convertido en algo más que en puro entretenimiento: para unos son una fuente inagotable de ingresos y promoción; para otros, entre los que me incluyo, un medio expresivo gracias al cual los jugadores son capaces de sentir emociones y sensaciones que el cine, por ejemplo, es incapaz de darnos hoy en día.

Afortunadamente, ejemplos de esto último los podemos ver cada vez más. Incluso los más pequeños estudios de desarrollo son capaces de lanzar grandes joyas interactivas. Entre ellas hemos elegido unas cuantas, algunas más conocidas que otras, con las que esperamos que sientas algo distinto cuando cojas el mando.

Fl0w

Fl0w nació como un juego en Flash experimental cuyo principio era muy simple: comer y no ser comido. En él tomabas el control de una criatura submarina que iba evolucionando a medida que consumía los microorganismos que encontraba a su alrededor. Al mismo tiempo, tu criatura debía evitar ser asimilado por otros gigantescos seres.

El éxito de este relajante juego fue tal, que Sony puso el ojo en sus creadores para hacer una adaptación para Playstation 3. A día de hoy han publicado dos juegos más para dicha consola: Flower y Journey, ambos otras  maravillas a nivel estético.

Where

Planteado también como un experimento interactivo, Where forma parte de una colección de juegos cuyo leitmotiv son las más básicas preguntas: dónde, cuándo, por qué

En este caso, el objetivo de este corto pero bellísimo título es alcanzar un globo blanco en el centro del escenario. Cuando creas que lo tienes, un laberinto se interpondrá entre el objeto y tú y tendrás que atravesar cuatro plantas llenas de pasillos antes de alcanzarlo. ¿Qué sucederá al final? Dejaremos que seas tú quien lo descubra.

Fotonica

Al contrario que los dos anteriores juegos, Fotonica es un juego trepidante. Su estética, de lo más básica, se ahorra cualquier textura e iluminación para dar la impresión de futurismo: un apartado que recuerda por momentos al matamarcianos Rez.

La mecánica, no obstante, está mucho más cerca de Mirror’s Edge: empiezas cada pantalla corriendo como alma que lleva el diablo y has de saltar en el momento justo para no caer al vacío. Cada psicotrópico viaje te llevará por “escenarios” distintos y la música te transportará a este mundo de liberación sensorial. Y todo ello pulsando sólo la barra espaciadora…

The Endless Forest

The Endless Forest es una de las creaciones más conocidas del estudio Tale of Tales, un pequeño grupo de talentos que aún no ha despuntado pero intenta siempre dar un toque distinto a sus aventuras. En este caso, la originalidad brilla con luz propia: el juego es un simulador de ciervo con posibilidades multijugador e innumerables misterios.

La ambientación mágica de los bosques de The Endless Forest es uno de sus mayores valores. Además, un aspecto curioso es que no puedes comunicarte con otros jugadores con códigos humanos como la voz o el chat, sino emplear gestos y animaciones propias de estos animales.

Audiosurf

Juega con la música“: así reza el eslogan de esta mezcla de géneros que tuvo su momento de gloria hace unos años. Y la verdad es que la frase se la toma al pie de la letra, ya que podrás utilizar las canciones de tu disco duro como circuitos sobre los que circulará tu nave espacial.

Además de sus gráficos sinestésicos y futuristas, más propios de la película Tron, lo que llama la atención de Audiosurf es que combina la mecánica habilidosa de las carreras con los puzles, ya que deberás recoger piezas de diversos colores para eliminar líneas verticales. El hecho de jugar en pistas musicales lo convierte también en un primo lejano de los juegos tipo Guitar Hero.

Limbo

Dejamos para el final el más reciente, cuya demo y versión completa llevan sólo unos días en Steam, pero que en Xbox ha podido disfrutarse desde el año pasado. Limbo es obra de autor vestida de juego de plataformas, que habla de temas como la muerte, la aceptación, la dependencia de la tecnología… y lo hace sin decir ni una sola palabra.

¿Cómo puedes llegar a esa conclusión entonces? Simplemente jugando y dejándote llevar por los oscuros parajes del juego e intuyendo algunas de las pistas que irás viendo por el camino.

La estética, en este caso, juega un papel importantísimo: su inspiración viene del expresionismo cinematográfico y es en su falta de diálogos y color donde verás más próxima la comparación con las obras maestras Fritz Lang y otros directores de principios del siglo XX.

¿Estás de acuerdo con que los videojuegos puedan considerarse un arte como la pintura o la música? ¿O crees que son simplemente un entretenimiento?

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