No es que precisamente Ubisoft esté atravesando el mejor momento de la historia de la compañía. Los galos han cancelado hasta 7 proyectos durante estos últimos nueve meses, lo que se suma al pobre rendimiento que han tenido los últimos videojuegos lanzados, el retraso de algunos planeados y, lo más importante, el cabreo de sus empleados, quines incluso convocaron una huelga en París para mejorar sus condiciones. Si todo esto pareciera poco, ahora se le añade una más: el utilizar una inteligencia artificial para crear diálogos en los personajes de sus juegos, al más puro estilo ChatGPT.
Si por algo se caracteriza Ubisoft es por tener su propia fórmula de videojuego de mundo abierto. Es una que lleva utilizando desde hace décadas en Assassin’s Creed, Far Cry, Watch Dogs y muchos más juegos. En esta, una de las claves está siempre en la gran cantidad de personajes no jugables existentes. Estos están en el mundo y tienen sus propias líneas de diálogo al inteactuar con el juego. Pues bien, Ubisoft ha creado una herramienta de IA para ayudar a crear estas conversaciones.
Bajo el nombre de Ubisoft Ghostwriter, lo que este programa hace es dar el pie de inicio a los guionistas de los estudios. Estos deben introducir una frase, añadir el tono que quieran y la inteligencia artificial hará el trabajo. A partir de aquí, los guionistas pueden ir realizando modificaciones para conseguir el estilo que se busca.
La herramienta realiza dos versiones para que los escritores trabajen sobre esta. Una vez marquen la que consideran mejor, Ghostwriter aprende automáticamente (el ya conocido machine learning) para que cada vez sea más preciso, conciso y directo a la hora de usarse.
Desde Ubisoft La Farge, departamento encargado del desarrollo de esta IA, apuntan que Ghostwriter ha sido creado junto a los guionistas de Ubisoft. Se busca agilizar el proceso para que todo sea más dinámico, en concreto en aquellas actividades más complejas. Sin embargo, el uso de una IA para escritura sólo ha generado un sinfín de críticas a Ubisoft, ya que no deja de verse como una reducción de puestos de trabajo en el futuro, más teniendo en cuenta por los problemas financieros que atraviesa la empresa.