The Mandalorian ha llegado ya al tercer capítulo de la tercera temporada (3×03). La serie de Disney Plus que cuenta con Din Djarin y Grogu como protagonistas lleva ya tres semanas ininterrumpidas lanzando nuevos episodios, y tras el final de The Last of Us se queda sola como la líder de interés de la audiencia.
Después de ver dos capítulos en los que Mando se ha dispuesto a revocar su exilio como mandaloriano tras quitarse el casco frente a Grogu, en este episodio se cierra esta primera trama de la temporada y da frente a una historia independiente que, de seguro, muy pronto tomará un significado especial.
Vuelve la épica del universo Star Wars
El episodio comienza con lo que todos estábamos esperando: qué ocurre en Mandalore. El protagonista de la historia se acababa de bañar a las aguas vivas, hogar del legendario Mitosaurio que demuestra que el planeta natal del protagonista no está tan muerto como todos pensaban.
Con Bo-Katan como nueva compañera fiel, los personajes discuten sobre si lo que han visto es real o no, dejando claro que un nuevo rumbo tomará la serie ahora que saben la situación de su planeta. Sin embargo, pronto salen de allí para reponer fuerzas y son atacados por decenas de cazas TIE.
Mando y Bo-Katan protagonizan una persecución épica contra los cazas, que no queda claro de dónde salen ni qué hacen allí —un nuevo misterio por resolver aparece en la serie—. Pero la cosa se pone fea cuando destruyen el palacio de Kalevala, el hogar de la mandaloriana. En este momento, Bo-Katan se lo toma como algo personal: tiene un nuevo enemigo a batir.
Tras huir de la escena, sin embargo, The Mandalorian hace algo que muy pocas veces hemos visto en esta serie de Star Wars: traslada el foco muy lejos de allí y deja en pausa lo que ocurre con el protagonista. Tendremos que esperar para saber más sobre el ataque sorpresa y el interés por acabar con Bo-Katan, puesto que descubrimos que el protagonista de este episodio es otro: el Doctor Pershing.
La historia del Doctor Pershing
Dirigido por Lee Isaac Chung (Minari: Historia de mi familia), este episodio se centra en Crocusant, el enorme planeta habitado por un billón de personas —tal y como dicen en el capítulo, aunque en su traducción serían mil millones— y que sirve como la capital de la Nueva República.
Aquí, como si de una película de espías de la Segunda Guerra Mundial se tratase, la serie nos lleva a conocer cómo el Doctor Pershing, tras trabajar para el Imperio en la investigación biológica de clones, es reformado por el nuevo sistema. Le colocan junto a un grupo de otros antiguos trabajadores del Imperio, y pronto intenta hacerse con una nueva vida adaptada al sistema de la Nueva República.
Durante todo el capítulo vemos cómo funciona el mundo de Star Wars; nos explican qué ocurre con los antiguos imperiales, cómo es la democracia en la galaxia y qué ocurrió después del sexto episodio de la saga, cuando Luke y Han Solo al fin acabaron con el Imperio.
Pero, como ocurre en la serie Andor —muchos señalan que este episodio parece extraído de esta ficción de Disney+—, no todo es tan bonito como parece en la Nueva República. Pronto comienzan a aparecer las desilusiones; el Doctor Pershing no está nada contento con su nuevo trabajo, y le han prohibido por completo seguir investigando en clonaciones puesto que están vetadas en la Nueva República.
Pershing, igualmente, intenta adaptarse al sistema que le ha tocado vivir, pero las presiones de su compañera Elia Kane comienzan a aflorar. Kane entabla una bonita relación con él y le dice que debería seguir sus investigaciones. Acto seguido, le invita a colarse en una antigua nave imperial, que está protegida bajo la Nueva República, para robar materiales de laboratorio que usaba y que pueda seguir adelante con sus investigaciones.
Al Doctor Pershing esto no le gusta un pelo en un principio, pero tras verse frustrado por los nuevos trabajos que le toca hacer, acepta la invitación. En este momento, la serie toma una perspectiva muy distinta a lo que nos tiene acostumbrados y cuenta una persecución política en la que vemos los sueños y anhelos de los antiguos imperiales.
Finalmente, y como no podía ser de otro modo, todo resulta ser una trampa y a Pershing le borran el cerebro para que se adapte bien a la Nueva República. Porque la idea del capítulo está clara: demostrar que no todos son tan buenos en este sistema. Pero ¿cómo se relacionará esto con Mando y Grogu?
Al parecer, esta ha sido una semilla que se recogerá pronto en la temporada. Tras cerrar la interesante trama del regreso a Mandalore, nuevas aventuras se ciernen sobre el protagonista.
