Bethesda abandona los DLC de Skyrim para centrarse en su próximo gran juego, que bien podría ser Fallout 4. La noticia se desencadenó ayer y desde entonces se han producido efectos colaterales. Por ejemplo, de la nada surgió la posibilidad de que el equipo estuviese desarrollando un remake de Arena, el primer The Elder Scrolls.
Un representante de Bethesda ya ha alertado que la aparición de Arena fue un error por parte del sistema de puntuación de juegos australiano. “Debería aparecer en la ficha solo para PC y no multiplataforma. Les hemos dado un aviso y lo van a solucionar. No hay una versión nueva del juego en marcha. Fue un malentendido”.
Por lo tanto, si no habrá un Arena HD, ¿quién sucederá a Skyrim? ¿Y por qué todas las apuestas están fijas en Fallout 4? Para empezar, es un razonamiento lógico. Bethesda va alternando el desarrollo de juegos de ambas franquicias para garantizar cierta diversidad y para evolucionar sus conceptos; lo que consigue en un universo suele aplicarlo en el otro.
Primero salió Oblivion, luego Fallout 3 y finalmente Skyrim apareció. Por lo tanto, es el momento de Fallout 4. Además, a principios de año el actor que interpretaba a ThreeDogs, el locutor de la radio del Yermo, dejó caer que estaba colaborando en la continuación. Seguro que el enigma se resolverá en la E3 del 2013.
Personalmente me entristece que Bethesda haya incumplido su promesa de ofrecernos un DLC para Skyrim parecido al Shivering Isles de Oblivion. Dragonborn no está mal, pero no es una expansión propiamente dicha. Parece que la época de las grandes ampliaciones ha llegado a su fin.
Ayer aproveché el momento de la noticia para darte una nueva interpretación de la misma: el salto de su desarrolladora a consolas next-gen. Si quieres saber más sobre este asunto, te invito a que leas nuestro ameno informe especial.
