Sam Neill ha dado esta semana una terrible noticia para sus seguidores. El actor neozelandés conocido por Jurassic Park está en tratamiento por un cáncer que se ha extendido a través de toda su sangre. A sus 75 años, ha revelado que está en un momento muy complejo de su vida, y que sabe que morirá pronto.
En mitad de la gira que hizo el año pasado por todo el mundo para promocionar Jurassic World: Dominion, la última entrega de la saga en la que volvía en su papel como Alan Grant, el actor fue diagnosticado de su enfermedad. Se trata de un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta directamente al sistema inmunitario.
Dispuesto a dejar huella antes de dejar el mundo, Neill se puso en ese momento a escribir sus memorias, que saldrán el próximo 21 de marzo en las librerías estadounidenses e inglesas. El título de la biografía es Did I Ever Tell You This (¿Alguna vez os he contado esto?) y, tal y como afirma el actor, “mientras escribía me di cuenta de que me estaba dando un motivo para vivir”.
El primer capítulo de sus memorias, revelados a través de su exclusiva para The Guardian, comienza con la frase más demoledora que puede decir alguien: “Estoy acabado. Posiblemente, me estoy muriendo“. Aunque en la entrevista explica que le gustaría vivir una o dos décadas más, y que está siendo sometido a un tratamiento muy caro, sabe que su fin está cerca.
Pero, lejos de rendirse a la enfermedad, en cuanto le anunciaron lo ocurrido decidió contar su historia. “Me vi sin nada que hacer, y estoy acostumbrado a trabajar. Me encanta disfrutar de la gente, de su compañía y su amistad. Y de repente se me privó de ello”, explica. Así, se puso manos a la obra con sus memorias, un texto que de seguro contará con todo tipo de anécdotas interesantes sobre su vida.

La estrella de Nueva Zelanda
Aunque nació en Omagh (Irlanda del Norte) en 1947, Sam Neill es un actor originario de Nueva Zelanda. Su padre su estaba destinado en Irlanda del Norte (Reino Unido) sirviendo en los Guardias Irlandeses después de la 2GM. Pero pronto volvieron a su hogar en Nueva Zelanda, lugar en el que se crio.
Allí pasó gran parte de su infancia en una granja, rodeado de animales y naturaleza. Aunque se mudó varias veces durante su juventud debido al trabajo de su padre, Neill siempre mantuvo un fuerte vínculo con Nueva Zelanda, el lugar al que considera su hogar.
Después de terminar la escuela secundaria, Neill asistió a la Universidad de Canterbury en Christchurch, donde estudió literatura inglesa y política. Durante sus años universitarios, también descubrió su pasión por el teatro y comenzó a actuar en producciones estudiantiles.

Después de graduarse de la universidad, Neill trabajó brevemente como periodista antes de decidirse a seguir su pasión por el teatro. Fue aquí cuando se unió a una compañía de teatro en Christchurch y comenzó a actuar profesionalmente en Nueva Zelanda y Australia. Durante esta época, también se casó y tuvo un hijo, pero todavía estaba lejos de convertirse en el actor que todos conocemos.
Fue a finales de los años setenta cuando Sam Neill comenzó a incursionar en el cine, con pequeños papeles en películas y series de televisión. Pero su papel en la película de terror La Profecía III, lanzada en 1981, le catapultó en Hollywood. A pesar de que la película no fue, ni de lejos, un éxito como la primera, llamó la atención de muchos productores y directores, quien vieron en su actuación un material muy prometedor.

Durante los ochenta, Neill participó en todo tipo de películas pequeñas como The Good Wife (1987), Plenty (1985) o Dread Calm (1989). Pero, como todos sabemos, su gran salto vino en los años noventa. Después de participar en películas de mayor prestigio como Memorias de un hombre invisible (1992) o The Piano (1993), recibió la llamada de Steven Spielberg para salir en Jurassic Park: y todo cambió en su vida.
Su papel principal como el Doctor Alan Grant sorprendió a los espectadores. A pesar de mantenerse en un perfil bajo, Neill contaba con un carisma espectacular, y su dupla con Laura Dern conquistó a Hollywood. Esta era solo la primera película de una saga que volvería a contar con él, pero su carrera ya había despegado más allá.

A medida que su carrera crecía, el actor también continuó explorando su amor por la naturaleza y la viticultura. En 1993, compró una finca en Nueva Zelanda y la convirtió en una bodega llamada Two Paddocks, que se ha convertido en una empresa de éxito en la industria del vino. Teniendo en cuenta que es descendiente de la mayor distribuidora de licores del país, no es de extrañar su pasión por ello.
Después de Jurassic Park, Neill apareció en decenas de producciones que van desde grandes películas como El Hombre Bicentenario (1999) o Thor: Ragnarok (2017) hasta series míticas como Alcatraz o Peaky Blinders. Sin duda, esta última serie le ha regalado uno de los mejores papeles de toda su trayectoria.
Con la vista puesta en seguir actuando pero a sabiendas de que puede que su vida llegue poco a su fin, Neill nos regala unas memorias de una vida llena de esfuerzo y talento. Ahora solo nos queda desear que todo salga bien y que podamos seguir disfrutándolo muchos años más.
