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¿Será la IA Perjudicial para los Niños?

¿Será la IA Perjudicial para los Niños?
María López

María López

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Estamos viviendo un momento de la historia crucial, donde los niños cada vez conectan más temprano con la tecnología. Más allá de lo inocuo que pueda parecer darle tu móvil al niño para que se calle un rato, tenemos que plantearnos cómo impactará ese acto en su vida y comportamiento.

Ahora, centrémonos en las inteligencias artificiales. Según un reciente estudio de la Universidad de Washington y la Johns Hopkins, se ha comprobado que los robots entrenados con inteligencias artificiales toman decisiones impregnadas de ideas racistas, machistas y homófobas. Sin embargo, los robots son solo uno de los tantos elementos dentro de nuestra sociedad que perpetúan estos estereotipos nocivos: las redes sociales, el propio Google y un largo etcétera se suman a esta lista.

De hecho, esto es algo que podemos ver muy fácilmente en aplicaciones como Lensa. Sus avatares mágicos a veces pueden tener grandes problemas para representar segmentos de la población que se salgan de lo normativo (veáse personas racializadas o cuerpos diferentes).

Es algo normal teniendo en cuenta que se rigen por grandes bancos de datos sin apenas filtros. No obstante, si ya es terrible pensar que estas ideas son transmitidas a los adultos, es aún más preocupante si pensamos en los niños. Al fin y al cabo, son los que más expuestos están la desinformación.

Aunque esto no es lo peor. Nos encontramos en un contexto histórico y social donde tenemos toda la información a nuestro alcance. Sin embargo, en lugares como Estados Unidos, las nuevas leyes de educación se encargan de censurar los temas relacionados con la raza, la identidad de género y la política, por ejemplo. Sin ir más lejos, ciertos gobernantes excusan la eliminación de contenidos para “proteger de adoctrinamientos” a los más pequeños.

Históricamente, padres y profesores siempre han sido los guardianes en la educación de los niños. Su responsabilidad de basa en contextualizar los hechos históricos, fomentar el pensamiento crítico y la curiosidad, enseñar cómo investigar e incubar la empatía a través de las historias de otros. Ahora estamos atravesando un momento donde el profesorado tiene menos autoridad en las escuelas y aún menos poder de elección sobre lo que se debe enseñar. Por otro lado, los padres confían gran parte de la educación de sus hijos a los colegios, debido en muchos casos a la falta de tiempo y el excesivo trabajo. Aquí, es donde entra a jugar la industria de la tecnología educativa.

Para ponernos en contexto, la industria educativa generó en el año 2020 unos 35.800 mil millones de dólares tan solo en Estados Unidos. A día de hoy, los nuevos asistentes digitales ya cumplen funciones que anteriormente ejercían solo los adultos y francamente, no se les da mal. Entre sus funciones, se incluye el enseñar materias académicas, leer cuentos, ayudar con los deberes y responder a todo tipo de dudas. De hecho, muchos robots se venden ya como una especie de “amigo” para tus hijos. Estos también sirven como “mentores” y ayudan a los niños a “construir habilidades de relación saludables“.

Sin embargo, a día de hoy las inteligencias artificiales arrojan ideas bastantes nocivas como bien mencionamos anteriormente. De hecho, solo tienes que hacer la prueba con tu dispositivo Alexa. Eso fue lo que hizo Susan Linn, una psicóloga experta en el impacto del Big Tech en niños. Según escribe para TIME, tuvo su primer encuentro con la tecnología racista en 2021 a través de Alexa, el famoso asistente de Amazon. Le preguntó al asistente qué son los chicos afroamericanos y su respuesta fue que “la mayoría de los chicos son afroamericanos, y muchos tienen dificultad para leer o aprender”.

Preparemos a los niños para comprender las inteligencias artificiales

Si tenemos en cuenta el avance de la tecnología y como cada vez se hace más importante en nuestras vidas, es esencial prepararnos adecuadamente para ello. Los más pequeños deben de ser conscientes de cómo funcionan las inteligencias artificiales y su lugar en el mundo desde muy temprana edad.

A día de hoy, sabemos que exponer a los niños a planteamientos más técnicos ayuda a estimular el pensamiento crítico y a mejorar la resolución de problemas. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado. Los jóvenes se encuentran en una etapa vital crucial, donde son fácilmente impresionables e influenciables.

La media de edad en la que un joven recibe su primer smartphone se encuentra entre los 10 y los 12 años. En esta edad tan crítica ya se encuentran expuestos a redes sociales y a Internet de forma general. Es importante hacerles ver que en muchas ocasiones, lo que ven no representa necesariamente sus opiniones y objetivos vitales. Dejar de ser un consumidor pasivo y pasar a ser activo.

María López

María López

Artista de vocación y amante de la tecnología. Me ha gustado cacharrear con todo tipo de gadgets desde que tengo uso de razón.

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