Quentin Tarantino ha dado la sorpresa al filtrarse en The Hollywood Reporter que ya tiene listo el guión de la que será su última película, y quiere rodarla durante el próximo otoño. El director siempre ha dicho que quiere que su filmografía esté compuesta de diez películas, así que la anunciada The Movie Critic será la última de ellas.
La noticia ha generado revuelo en todo el mundo. Por una parte, muchos nos alegramos de ver una nueva película de Tarantino en la gran pantalla. Pero, por otra parte, nos apena saber que esta será la última vez, según sus propias palabras, que podamos disfrutar de un largometraje dirigido por él.
Esto no quiere decir, por supuesto, que no sigamos teniendo más de Tarantino como productor, guionista o incluso influencia principal de muchos otros realizadores. Pero su trabajo como director es encomiable, y “perderlo” será un palo muy gordo para un Hollywood en horas bajas.
Por lo que se ha anunciado, la película se situará en Los Angeles de finales de los años setenta, de forma similar a como ya hizo en Érase una vez en Hollywood —aunque esta fuera en los sesenta—. Por su parte, la protagonista reflejará la vida de Pauline Kael, famosa crítica de cine que revolucionó la industria con su palabra.
Pero ¿cuál es la historia real de Kael y por qué Tarantino quiere homenajearla con su última cinta?
La historia detrás de The Movie Critic
La historia de Pauline Kael es la de una de las críticas de cine más influyentes del siglo XX. Con su estilo irreverente y su pasión por el cine, Kael se convirtió en una figura legendaria en la industria cinematográfica, y a pesar del estado de la crítica actual, su influencia sigue siendo palpable el día de hoy.
La fachada de Pauline Kael era la de una mujer dura y sofisticada, cuya opinión siempre era respetable y a la que no le temblaba el pulso a la hora de ponerse a la altura de los grandes directores y productores de la época. Pero lo cierto es que también aguardaba una vida personal muy interesante.
Nacida en Petaluma (California, Estados Unidos) en 1919, desde muy joven desarrolló una pasión por la literatura y el cine. A los 17 años, dejó su hogar para mudarse a San Francisco, donde comenzó a trabajar en una librería y a escribir reseñas de películas para un pequeño periódico local. Pero su talento para la crítica de cine pronto llamó la atención de la revista The New Yorker, que la contrató como crítica de cine en 1968.
Durante su carrera en The New Yorker, Kael se convirtió en una fuerza influyente en el mundo del cine. Conocida por su estilo directo y su falta de inhibiciones, su opinión no siempre era popular entre los cineastas y los críticos más tradicionales, pero su perspectiva fresca y honesta la convirtió en una figura respetada y admirada por muchos.
No obstante, la vida personal de Kael no siempre fue tan glamorosa como su carrera. Tuvo un romance con el director de cine Warren Beatty. Pero, a pesar de que la relación fue apasionada y duró varios años, Kael finalmente se separó de Beatty debido a sus diferencias creativas y su deseo de seguir adelante con su carrera.
A lo largo de su vida, Kael también tuvo relaciones con varios otros hombres, incluyendo al escritor James Agee y al director de cine Jean-Luc Godard. A pesar de que nunca se casó ni tuvo hijos, su vida amorosa siempre fue objeto de especulación y rumor en la industria cinematográfica.
Pero la verdadera pasión de Kael siempre fue el cine. Desde los clásicos de Hollywood hasta las películas más experimentales y vanguardistas, Kael amaba todo lo relacionado con el cine. Su escritura estaba llena de entusiasmo y emoción por el cine, y siempre buscaba nuevas formas de experimentar con el lenguaje y la estructura de la crítica de cine.
En 1971, Kael escribió una crítica de la película Harry el sucio que causó revuelo en la industria cinematográfica. En la crítica, Kael alabó la actuación de Clint Eastwood y la dirección de Don Siegel, pero criticó duramente el mensaje de la película, que ella consideraba misógino y fascista. Su opinión fue ampliamente criticada por otros críticos de cine y figuras de la industria, pero Kael se mantuvo firme, lo que le valió más de un enemigo.
En los años siguientes, Kael continuó escribiendo críticas influyentes y provocadoras, convirtiéndose en una figura icónica en la industria cinematográfica. Pero a medida que la década de los ochenta llegaba a su fin, su salud comenzó deteriorarse. Kael fue diagnosticada con Parkinson en 1990, lo que la obligó a retirarse de la crítica de cine en 1991. Finalmente, murió en 2001 a los 82 años.
¿Cómo adaptará Tarantino la historia de Pauline Kael?
Teniendo en cuenta la libertad creativa de Quentin Tarantino a la hora de adaptar historias reales —solo hay que echar un vistazo a Érase una vez en Hollywood y la historia de Charles Manson—, puede que la vida de Kael solo le sirva para una pequeña base de lo que será la película final.
Aprovechando la década de los años setenta y un entorno como Los Angeles, el director tiene cientos de posibilidades a explorar en su próxima y última película. Desde luego, tendrá que decidir bien qué balas gastar ya que nunca más se enfrentará a la silla del director.
